Sara Cosío, la mujer que casi divide al Cártel de Guadalajara y desata una guerra interna

Sara Cosío, una joven de la alta sociedad de la ciudad de Guadalajara, habría sido la culpable de una ruptura entre los integrantes del Cártel de Guadalajara, en especial de los jóvenes capos, Rafael Caro Quintero y Amado Carrillo Fuentes, quienes pudieron haberse disputado su ‘corazón’.

La menor de edad era hija del priista Octavio César Cosío Vidaurri, exsecretario de Educación en Jalisco, mientras que su tío era Guillermo Cosío Vidaurri, gobernador del estado en 1989 a 1992.

Datos de la periodista Anabel Hernández revelan que Cosío, de entonces 17 años de edad, le coqueteaba a ‘El Señor de los Cielos’, algo que no le gustaba a ‘El Narco de narcos’, que quería hacerse de su amor, por lo que Ernesto Fonseca Carrillo, ‘Don Neto’ tuvo una idea.

“En 1981, Amado Carrillo trabajaba en Guadalajara, muy cerca de su tío ‘Don Neto’ y de Félix Gallardo, sin embargo, la estancia de Carrillo Fuentes en la capital jalisciense se volvió insostenible debido a ciertas disputas que tenía con Rafael Caro Quintero, quien también era pupilo y protegido de ‘Don Neto’, la causa del conflicto era una mujer”, relata la periodista Anabel Hernández en su libro ‘Los Señores del Narco’.

Envió a su sobrino al poblado de Ojinaga, Chihuahua, donde tuvo de maestro a Pablo Acosta Villarreal, que le enseñó a trasladar droga a través de aviones, por lo que al chihuahuense se le atribuye el mote de ‘El Primer Señor de los Cielos’.

De no haber enviado a Carrillo Fuentes a otra zona, la guerra se habría desatado al interior de grupo criminal, pero al final ella se quedó con Rafael Caro Quintero, que fue detenido en 1985 cuando estaba en compañía de ella vacacionando en la ciudad de San José, Costa Rica.

“Caro Quintero buscaba los favores de la bella Sara Cosío de 17 años de edad, por su parte la joven perteneciente a una de las familias más encumbradas de la ‘perla tapatía’, coqueteaba con Amado Carrillo en cada oportunidad. Antes de que sus protegidos terminaran en pleito, ‘Don Neto’ prefirió mandar a su sobrino muy lejos, lo envió hasta Ojinaga, Chihuahua, a trabajar con Pablo Acosta Villarreal, Ernesto le hizo un favor, Carrillo Fuentes”, continúa la autora de la obra.

Amado Carrillo fue beneficiado en ese movimiento debido a que en 1987 ocurrió el asesinato de Pablo Acosta Villarreal, dejando el puesto a Rafael Aguilar Guajardo, quien de la misma forma fue ultimado en 1993 en Quintana Roo, siendo Amado Carrillo, el nuevo líder del Cártel de Juárez.

“El ascenso de Amado Carrillo, el 24 de abril de 1987 llegó a Ojinaga, Chihuahua, un agente de la PJF, Guillermo González Calderoni, uno de los policías más corruptos en la historia de México, su misión consistía en detener a Pablo Acosta, a quien por cierto solía proteger a cambio de una millonaria cuota, el capo ya no salió por su propio pie, dicen que murió quemado entre las paredes de su bunker, algunos compañeros del policía, dicen que González Calderoni lo mató, para los narcotraficantes solo hay algo peor que la muerte, la cárcel”, se lee en libro de Anabel Hernández.