La nave Peregrine de la empresa Astrobotic que despegó el pasado lunes y que llevaría el “Proyecto Colmena” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fracasó en su intento de llegar a la Luna, lo que su vez frustró la oportunidad histórica de que México pisara por primera vez al satélite natural de la Tierra.
El martes, un día después del aparente exitoso lanzamiento del cohete Vulcan Centaur, la empresa reconoció que la nave no tenía “ninguna posibilidad” de realizar un alunizaje suave después de haber sufrido graves problemas en su vuelo a raíz de una fuga severa de combustible.
La misión debía convertirse en el primer alunizaje de un módulo estadounidense en la Luna desde el final del programa Apolo hace más de 50 años.
Pese al fracaso, la empresa Astrobotic se mostró optimista pues pudo llevar a cabo algunas investigaciones en el espacio profundo, datos valioso para su próximo intento de alunizaje.
Peregrine, la cápsula fue desarrollada por Astrobotic con el apoyo financiero de la agencia espacial estadounidense NASA, llevaba consigo un conjunto de instrumentos científicos que se esperaba que ayudaran a estudiar la radiación y la composición de la superficie lunar, lo que permitiría allanar el camino para el retorno de los astronautas.
Proyecto Colmena operó con éxito
La misión Colmena liderada por la UNAM ha logrado importantes avances en el espacio profundo con la nave Peregrine, pues alcanzó más del 75% de éxito en sus operaciones. Este progreso representa un paso adelante esencial para futuras misiones lunares y tecnologías miniaturizadas.
El experto y líder de la misión, Gustavo Medina Tanco, del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), comunicó que aunque se presentaron dificultades con el sistema de apuntamiento de la nave, los ingenieros de Astrobotic recuperaron la orientación pero racionando la energía tras la fuga.
Gustavo Medina Tanco recalca el valor de las pruebas de tecnología en condiciones espaciales y cómo los resultados impulsan el diseño y desarrollo de Colmena 2. Aunque no se han conseguido aún datos científicos sobre el regolito lunar, la actual serie de operaciones ayuda a preparar el terreno para las misiones futuras, señalando el compromiso de la UNAM en el avance de la ciencia espacial.
Este jueves Astrobotic anunció que de las 10 cargas programadas para ser puestas en marcha para pruebas, Colmena logró ser energizada, estableció comunicación y generó datos, los cuales ya se están bajando en nuestro centro de control en el Instituto de Ciencias Nucleares.
“Con esto podemos decir que se han cumplido al menos 75 por ciento de los objetivos planteados para esta primera misión, la cual creó el camino futuro de #México hacia la #Luna”, dijo el ICN.
La UNAM precisó que se logró generar el conocimiento tecnocientífico necesario, la formación de recursos humanos altamente especializados y la vinculación con empresas e instituciones nacionales e internacionales. Cabe apuntar que actualmente ya se tienen contempladas por lo menos dos misiones más: una que se podría enviar en 2027 y otra en 2030.