Ciudad Universitaria (CU), espacio perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se encuentra construida sobre lava que expulsó hace más de mil 200 años el volcán Xitle, la cual no solo se derramó en gran parte de la máxima casa de estudios, pues se extendió hasta diversos puntos de la zona sur de la capital del país.
Recientemente, especialistas en el área de la geofísica de la UNAM se dieron a la tarea de realizar un experimento para conocer qué es lo que se encuentra debajo de la lava que ha sido la base y parte de la estructura que compone a CU.
¿Qué hay debajo de la lava que compone a CU?
Fueron los especialistas en Geofísica, Marco Calo e Iván Granados quienes revelaron los resultados de su experimento a través del podcast Geofísica al Descubierto.
Ambos expertos en la materia compartieron que hicieron uso de una serie de herramientas para conocer lo que se oculta debajo de este espacio sin necesidad de perforar las estructuras del interior de la tierra. El método que emplearon para poder llevar a cabo la investigación fue haciendo uso de sensores que son conocidos como nodos sísmicos.
Cabe mencionar que los expertos dijeron que la información que tienen hasta el momento tras su experimento siguen siendo muy preliminares, pero que han recibido los primeros volúmenes tridimensionales del derrame de lava.
Además de lo anterior, el grupo los investigadores identificaron la existencia de varios paleoríos, es decir, vestigios de afluentes de agua que tuvieron lugar antes de la erupción del volcán Xitle.
“Se ha dado la idea de que en algunas zonas se encuentran ciertas anomalías que podrían ser un indicativo de los paleoríos que existían antes de la erupción. Hay que mencionar que antes de que hiciera erupción el volcán Xitle, pues toda la parte de escurrimiento de agua que venía de la Sierra de Las Cruces, todas escurrían a la cuenca del Valle de México”, detallaron.
En cuanto a los depósitos de lava, encontraron diferente espesores de lava que van de los dos hasta los 50 metros.
Pese a que todavía no se ha dado a conocer toda la información acerca de todo lo que se encontraba antes en dicho espacio, los especialistas esperan poder seguir revelando información sobre lo que yace en las profundidades del campus principal de la máxima casa de estudios.
¿Cómo se llevó a cabo el experimento?
Para llevar a cabo la misión, los especialistas colocaron aproximadamente 140 sensores en diferentes puntos del terreno que componen a CU, entre los que se incluyeron a la zona deportiva, jardín botánico y zona escultórica.
El experimento se realizó un día viernes por la mañana, debido a que se consideraba que era un día relativamente tranquilo, lo que ayudó a que las variables obtenidas y la información arrojada diera los resultados esperados.
Una vez que los sensores fueron colocados, se dejaron varias horas en el lugar y posteriormente se retiraron para descubrir lo que habían captado.
Los sensores empleados tienen la función de entregar una grabación confiable y en gran cantidad, algo que según los expertos es muy difícil de obtener con cualquier otro aparato tradicional que suelen utilizarse dentro de la tecnología que existe en Ciudad de México.
“Fue un trabajo de logística bastante arduo, pero afortunadamente todo salió como se tenía en el plan”, anotaron.
El objetivo principal del experimento fue apoyar en el tema de investigación para que de ahí se continúe con un avance en investigaciones antropológicas y sociológicas, además de que fue una manera de conocer el espesor de la lava que se encuentra compactada en el sitio.