Rodrigo Ángel ‘El Chito’ Cano, fue un conocido extraficante de armas del norte del país que en los años 60 vivió los mejores de sus momento dentro de su actividad delictiva, pero una bala fue la encargada de terminar con ella.
Fue en el año 1971, en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, resultó lesionado por un impacto de proyectil de armada de fuego, el cual recibió por la espalda, lo que provocó un daño permanente en la calumna, por lo que ya no pudo volver a caminar.
Su historia sirvió de inspiración para el cantante del regional mexicano Ramón Ayala, que le compuso un narcocorrido que llevaba su propio nombre, el cual recuerda ese cobarde ataque en el que lo dejaron sin caminar.
“Año del 71, el mes de octubre, corrían, en Reynosa, Tamaulipas, al despuntar nuevo día, hirieron a Chito Cano, no se sabe quién sería, qué bonitos son los hombres, no se les puede negar, aun después de caído, tuvo la fuerza de hablar, no corran, no sean cobardes, acábenme de matar”, comienza la canción de Ramón Ayala.
En el narcocorrido, se narra que pesar de tener un balazo en la espalda, aún se reía de sus victimarios, a quienes lo señalaba de cobardes, debido a que de frente no se animarían a atacarlo.
“Con un balazo en la espalda, él todavía se reía, no los creía tan cobardes, hampones o policías, me pegaron por la espalda, de frente no se podía”, continúa el tema de ‘El Rey del acordeón’.
Al finalizar su actividad en el tráfico de armas y estar en prisión por cinco años, decidió en convertirse en un referente en la promoción de la cumbia en el norte del país, debido a que comenzó a traer a artistas como todo un promotor musical y empresario de espectáculos.
Su influencia en la región es innegable, sobre todo en lo referente a la promoción de la cumbia, que hoy día es uno de los géneros más escuchados e incluso referido a la hora de analizar los elementos que forman parte de la identidad cultural lagunera. El reconocimiento del gremio a ese mérito está reflejado en el tema “El rey de La Laguna”, lanzado en 1994 por la agrupación colombiana Sonora Tropicana.
“Se presentó Chon García, a hablar con la judicial, para que maten a Chito, trabajo les ha de dar, no más sálganle al camino, sombreros van a sobrar”, sigue la canción del precursor de los eventos musicales.
De acuerdo a varios narcocorridos, don Rodrigo Ángel tenía una amistad con Lucio Cabañas, un general de guerrilla en Guerrero, a quien lo suministraba de armas. En otros temas también hablan de su pistolero Gerardo González, quien falleció en los años 80.
“Ya con esta me despido, sin agravios ni rencores, lo que se presta se paga, tengan presente, señores, si al cielo avientas la daga, va en busca de los traidores”, finaliza la melodía de Ramón Ayala.
Muerte de ‘Chito’ Cano
A pesar de su vida arriesgada, el señor Rodrigo Ángel falleció a los 67 años de edad, el 7 de octubre de 2010, producto de una neumonía y no por impactos de bala, tal y como se pensaría. Sobrevivió a varios ataques armados e incluso uno de ellos lo dejó en silla de ruedas por más de 39 años.
‘Chito’ vio la luz por primera vez en la ciudad de Monterrey, misma donde dejó de existir debido a que se fue a pasar sus últimos días en la capital de Nuevo León.