La tarde del 9 de enero, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa Azín, emitió un decreto en el que calificó como “organizaciones terroristas y actores estatales beligerantes” a 22 grupos criminales.
En la lista está incluida la banda de Los Lobos, la segunda estructura delictiva más numerosa de Ecuador que está en la mira de las autoridades por los vínculos que ha logrado establecer con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Como parte de las recientes jornadas de violencia en el país sudamericano, se registró una fuga masiva de la cárcel de Riobamba, en el centro del país. Entre los reos que escaparon está Fabricio Colón Pico, alias ‘El Salvaje’, señalado de ser el líder de Los Lobos en Pichincha.
Esta provincia es una de las vías de acceso a la región costera que, según informes de la Dirección Antidrogas de Ecuador, se disputan el CJNG y el Cártel de Sinaloa. Manabí, Los Ríos y Santa Elena son puntos de alto interés para ambos grupos mexicanos debido a que desde ahí se envían cargamentos por aire y mar hacia Centroamérica.
La presencia del CJNG en Ecuador fue identificada por las autoridades de aquel país al menos desde 2020. Un año antes, Los Lobos se separaron de Los Choneros —principal banda criminal que actúa como brazo armado del Cártel de Sinaloa — y buscaron aminorar el dominio de esta organización en el territorio.
Información retomada por Insight Crime y Código Vidrio refiere que los miembros de Los Lobos ya fungían como distribuidores de armamento y seguridad para el CJNG en la región desde 2016. Sin embargo, obtuvieron una gran relevancia hasta 2021, año en que participaron en diversas masacres carcelarias que dejaron más de 300 muertos.
En noviembre de 2022, luego de una serie de ataques con coches bomba en Guayaquil, circularon panfletos que exhibían la conexión entre Los Lobos y Los Tiguerones —otra pandilla local— con el CJNG.
Entre las actividades con las que se les vincula a Los Lobos se destaca el trasiego de droga, sicariato, posesión de armas de fuego y extorsiones. A esto se suma su incursión en la minería ilegal, ya que en la provincia de Imbabura se dedicarían a la extracción ilícita de oro.
Colón Pico escapó de prisión sólo tres días después de haber sido capturado por ser considerado sospechoso de orquestar un supuesto plan para asesinar a la fiscal Diana Salazar.