Cómo era la mítica ave que anunció la caída de la Gran Tenochtitlan y la llegada de los españoles

La espectacular criatura le advirtió a Moctezuma que el imperio mexica estaba en grave peligro

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El encuentro entre Moctezuma y el ave quedó registrada en el Códice Florentino 

 Ilustración: Jovanni Pérez/Infobae
El encuentro entre Moctezuma y el ave quedó registrada en el Códice Florentino Ilustración: Jovanni Pérez/Infobae

En 1521 la conquista de México por parte de Hernán Cortés se consolidó tras algunos años de sangrientas batallas entre los mexicas y el ejército de españoles. Nació Nueva España, pero antes que aquello sucediera, las tierras del centro de México era dominadas por un poderoso imperio.

La Gran Tenochtitlan fue una de las ciudades más impresionantes jamás construidas en México. Su extensión territorial era amplia como amplio el poderío de los mexicas. Y antes de que las fuerzas de Cortés tocaran tierra en 1519, este imperio gozaba de fuerza y plenitud.

No obstante, se cuenta que diez años antes de que los extranjeros arribaran a México con la intención de ampliar el poder colonial de España, el gobierno de Tenochtitlan supo que su imperio estaba a punto de entrar en conflicto bélico. Sabían de la caída de la ciudad mucho antes de que, siquiera, Cortés se acerara al país.

La Quatezcatl, el ave nadaba en el lago de Texcoco

El ave fue capturada en el lago de Texcoco 

Foto: Twitter/@Cuauhtemoc_1521
El ave fue capturada en el lago de Texcoco Foto: Twitter/@Cuauhtemoc_1521

Hubo más de una señal divina que advirtió a Moctezuma, el Huey-Tlatoani de aquel entonces, de que estaban a punto de entrar en una guerra donde tenían una evidente desventaja. A estas advertencias se les llamó “Presagios Funestos” y fueron ocho en total; algunas ocurrieron cara a cara con el gobernador de la Triple Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan).

Destaca una de ellas, una mítica ave que parece sacada de un cuento de hadas y que demuestra la riqueza mitológica que tiene nuestro país, especialmente antes de la llegada de los españoles.

Es bien conocido que la Gran Tenochtitlán, la ciudad más importante del imperio mexica, fue construida encima del imponente lago de Texcoco. Estas aguas eran muy importantes para el comercio y la vida de los antiguos mexicanos. Se cuenta que fue ahí donde se encontró a una extraña ave que mojaba sus plumas y que llamó la atención del Tlatoani.

El ave, conocida como Quatezcatl, fue capturada y llevada ante Moctezuma. Se trataba de un pájaro de hermosas plumas de color blanco y azul, que parecía una grulla o una paloma de largo pico. Pero lo que más resaltaba de su apariencia era su cabeza y lo que había en la parte posterior de ésta: una especie de espejo.

Lo que vio Moctezuma en la cabeza de espejo de la Quatezcatl

La llegada de una gran ave, parecida a la grulla, apareció en el lago de Texcoco, lo cual tomó como mal presagio Moctezuma (Foto: INAH)
La llegada de una gran ave, parecida a la grulla, apareció en el lago de Texcoco, lo cual tomó como mal presagio Moctezuma (Foto: INAH)

Se dice que en el espejo que tenía la Quatezcatl en la cabeza se veían las estrellas, y Moctezuma en su palacio la observó con detenimiento. Pero los astros no fueron lo único que el emperador logró vislumbrar, pues también un presagio funesto más de los que ya venían ocurriendo. En el Códice Florentino hay registro de la imagen de esta ave.

La mágica ave le mostró la llegada de Hernán Cortés y sus fuerzas españolas, hombres montados en “venados sin cuernos”, además de una inevitable guerra contra un poderoso enemigo al que no podían combatir. Moctezuma, impresionado con lo que veía, mandó a llamar a sus magos más poderosos; sin embargo, cuando éstos se encontraron frente al ave, nada vieron.

Diez años después, el mal augurio que mostró aquella ave desde su cabeza de espejo se volvió realidad: la Gran Tenochtitlán cayó, el imperio mexica desapareció y los españoles instauraron Nueva España en nuestro país.

El ave Quatezcatl forma parte de la mitología fantástica del México Prehispánico, junto con los demás “presagios funestos” descritos en las leyendas antiguas, como el que le siguió: monstruos de dos cabezas, cuatro brazos y tres ojos que también anunciaron la cruel llegada de Hernán Cortés y sus tropas.

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