En agosto de 2023 la violencia en Ecuador alcanzó uno de sus puntos más álgidos con el magnicidio del ex candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien denunció en repetidas ocasiones la alianza del Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) con grupos criminales sudamericanos.
Previo al atentado que acabó con su vida, Villavicencio denunció haber recibido amenazas de Adolfo Macías, alias “El Fito”, a quien identificó como uno de los capos del Cártel de Sinaloa que lidera una célula criminal el Ecuador (Los Choneros): “Si sigo refiriéndome a él o a su organización criminal atentarán contra mi vida”.
El asesinato del ex candidato presidencial de Ecuador se convirtió en una de las 7 mil 592 muertes violentas registradas en todo el 2023, el año más violento de su historia, frente a los 4 mil 859 homicidios en 2022 y 2 mil 496 en 2021, el año en que arribaron el Cártel de Sinaloa y CJNG al país, según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Entre los documentos hackeados por Guacamaya Leaks a la Sedena se reveló que la dependencia federal tenía conocimiento de los nexos de cárteles mexicanos y organizaciones criminales de Ecuador desde el 28 de abril de 2021; en ese entonces militares mexicanos desplegados en el país sudamericano alertaron que integrantes del Cártel de Sinaloa y CJNG podrían estar detrás del asesinato de Harrison Salcedo, abogado de Jesé Luis Zambrano, ex líder de “Los Choneros”.
En octubre del mismo año el ex presidente Guillermo Lasso declaró un estado de excepción de 60 días por el repunte de las actividades criminales en diversas provincias donde la mayoría de los crímenes estaban relacionados con el narcotráfico; en su informe a la Sedena, los militares mexicanos señalaron la existencia de alianzas entre “Los Choneros” y el Cártel de Sinaloa y de “Los Lagartos” con el CJNG.
Dos décadas del narco mexicano en Ecuador
Aunque en los últimos años comenzó a circular el nombre del CJNG y del Cártel de Sinaloa en cárceles y calles de Ecuador, Daniel Pontón, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador, explicó al diario El País que la presencia de organizaciones criminales en el país datan desde los primeros años de la década de los 2000.
De acuerdo con los documentos hackeados a la Sedena, las principales disputas entre los grupos criminales de Ecuador se dan en torno al control de las rutas del narcotráfico y el narcomenudeo, esto en colusión con los organigramas financieros del Cártel de Sinaloa y CJNG que extienden sus tentáculos a o varios países de Sudamérica.
Al estilo mexicano, la disputa entre organizaciones rivales provocó que la tasa de muertes en Ecuador pasara de cinco por cada 100 mil habitantes en 2017 a más de 40 en 2023, el año más violento de su historia.
Otros delitos que también se incrementaron de mano del crimen organizado fueron los secuestros, crecieron 200 por ciento en el último año; las muertes violentas de menores de edad, pasando de 204 a 342; y las extorsiones al crecer de 3 mil 188 en 2022 a 5 mil 930 en 2023.
Estimaciones del catedrático Fernando Carrión, autor del estudio “La cartelización en América Latina”, sugieren que al menos mil 500 grupos delictivos operan en Ecuador, algunos de ellos en delitos de bajo impacto; otros aliados con grandes cárteles mundiales de México, Colombia, Italia y Brasil, aprovechando los puertos ecuatorianos y la exportación de bananas a todo el mundo para esconder toneladas de cocaína que llegan a Asia, Europa y Estados Unidos.
A cinco meses del asesinato de Fernando Villavicencio, “El Fito”, a quien denunció de amenazarlo de muerte estar ligado con el Cártel de Sinaloa, se fugó de la cárcel, lo que desató una noche de terror y narcoviolencia: secuestros de policías, bloqueos carreteros, motines en prisiones, explosiones de coches bomba, balaceras y vehículos incendiados en diversas ciudades como Quito, Esmeraldas, Guayaquil y Cuenca.
El terror se intensificó hasta esta tarde cuando hombres encapuchados y armados tomaron las instalaciones del canal de televisión TC: “Para que sepa que no se deben jugar con las mafias”, sentenció ante las cámaras uno de los encapuchados.