Cuál era el ‘talento’ poco conocido de Arturo Beltrán Leyva que exhibía en fiestas

‘El Barbas’ era descrito por sus socios como un hombre de carácter fuerte y explosivo, el cual cambiaba cuando se encontraba en una celebración familiar

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El Barbas fue uno miembro del clan familiar de los Beltrán Leyva, involucrados en tráfico de drogas (Foto: Archivo)
El Barbas fue uno miembro del clan familiar de los Beltrán Leyva, involucrados en tráfico de drogas (Foto: Archivo)

A la par de sus actividades criminales relacionadas con el narcotráfico, Arturo Beltrán Leyva organizaba excéntricas fiestas en las que solía exhibir un talento que era poco conocido incluso para sus allegados más cercanos.

Arturo, mejor conocido como ‘El Barbas’, nació en 1961 en Badiraguato, Sinaloa, al igual que su primo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Fue el mayor de nueve hermanos, algunos de los cuales también se involucraron en el trasiego de drogas, como Héctor, alias ‘El H’, Mario Alberto, alias ‘El General’, y Alfredo, alias ‘El Mochomo’.

Su trayectoria criminal la inició con cultivos de amapola y marihuana, pero su ascenso a las “grandes ligas” del narcotráfico fue gracias a Amado Carrillo Fuentes, alias ‘El Señor de los Cielos’, e Ismael ‘El Mayo’ Zambada, máximo líder del Cártel de Sinaloa.

Los miembros del Cártel de los Beltrán Leyva que lo llegaron a conocer personalmente lo describían como un hombre de carácter fuerte y explosivo. “Don Arturo, como le decían sus socios y allegados, era de humor cambiante y de apego estricto a las jerarquías. Con los sicarios o la gente de bajo rango apenas y cruzaba palabras”, señala al respecto la periodista Anabel Hernández en su libro Emma y las otras señoras del narco.

El Barbas solía tocar el acordeón en fiestas de cumpleaños (Foto: Archivo)
El Barbas solía tocar el acordeón en fiestas de cumpleaños (Foto: Archivo)

El aspecto reservado de Arturo contrasta con el comportamiento que solía mostrar en fiestas y jolgorios. Y es que cuando el narcotraficante sinaloense se encontraba en una celebración especial, dejaba atrás su carácter explosivo para exhibir un hobby en especial: tocar el acordeón.

Sus allegados aseguraban que Arturo tenía talento para el instrumento musical característico del regional mexicano y música norteña. Incluso, él se ofrecía a tocar las mañanitas cuando festejaban el cumpleaños de alguien cercano.

“Arturo Beltrán Leyva tenía el poco conocido hobby de tocar el acordeón. Y aseguran que lo hacía bien. Cuando había un cumpleaños, si estaba de buenas, él mismo tocaba las mañanitas”. apunta Anabel Hernández.

Asimismo, a ‘El Barbas’ le gustaba amenizar las fiestas familiares con su música y bandas favoritas, entre las que se encontraban Los Cachorros de Juan Villarreal, Los Canelos, El Recodo, Ramón Ayala y Los Cadetes de Linares, Torrente, Banda Limón, entre otros.

'El Barbas' fue abatido por la Marina el 15 de diciembre de 2009 en Cuernavaca, Morelos (FOTO: CUARTOSCURO)
'El Barbas' fue abatido por la Marina el 15 de diciembre de 2009 en Cuernavaca, Morelos (FOTO: CUARTOSCURO)

Además de la música en vivo, ‘El Barbas’ acostumbraba a relatar historias durante las fiestas. En una de ellas (Anabel Hernández no especifica fecha ni lugar), Arturo narró cómo se había comido a un xoloitzcuintle, un perro endémico de México. De manera sórdida, contó que además de ingerir la carne, hizo chicharrón con la piel del animal.

El 10 de diciembre de 2009, Arturo Beltrán Leyva disfrutó de la última fiesta de su vida. Aquel día, el primo de ‘El Chapo’ asistió a una celebración realizada en el exclusivo fraccionamiento de Los Limoneros, en Cuernavaca, Morelos.

El evento contó con la presencia de Ramón Ayala y sus Bravos del Norte. así como de Los Cadetes de Linares. Pero el ambiente de regocijo se vio interrumpido por un operativo desplegado por la Secretaría de Marina (Semar), el cual provocó un enfrentamiento armado que dejó un saldo de tres sicarios muertos.

Aunque ‘El Barbas’ logró escapar de las autoridades, su fin llegaría seis días después. El 16 de dicho mes, Arturo fue abatido por elementos de la Marina en un enfrentamiento de Cuernavaca. Su cuerpo quedó semidesnudo, ensangrentado y cubierto con dólares americanos.

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