Cuál era la mortífera espada prehispánica con la que los mexicas hicieron frente a los españoles

En el año 1519, las fuerzas de Hernán Cortés llegaron a México con la intención de efectuar la conquista y crear en nuestro país una colonia más de España. Eventualmente, los deseos de los europeos se volvieron realidad; sin embargo, mucho tuvo que pasar para que eso ocurriera.

Conquistar la Gran Tenochtitlan, capital de un legendario imperio que hasta nuestros días se estudia por los fanáticos de la historia, requirió que los españoles hicieran alianzas con otros pueblos enemigos de los mexicas, además de enfrentarse a la brutalidad de los más poderosos guerreros.

El hierro, material del que estaban hechas las espadas y las armas de los españoles sólo se trabajaba en Europa. En México existían otros materiales con los que los mexicas fabricaban poderosas armas que empuñaron para hacerle frente a los invasores.

La “espada mexica” fue el arma principal y más poderosa del arsenal de los defensores de Tenochtitlán. La forma en la que estaba construída, así como los materiales que la constituían, la convirtieron en la pesadilla del ejército de Cortés.

La “espada mexica” llevaba por nombre macuahuitl y su mortífera naturaleza la convirtió en la principal arma de defensa en contra de los españoles. Para cuando Hernán Cortés llegó al país, el uso de este poderoso artefacto ya estaba bien aprendido entre los guerreros del imperio.

Por ello, para cuando tuvieron que enfrentarse a los invasores, el ejército mexica tenía amplio conocimiento y con dicha arma desgarraron el cuerpo más de un enemigo gracias a sus cuchillas de obsidiana, uno de los materiales más afilados del mundo.

Lamentablemente ningún ejemplar de macuahuitl ha sobrevivido al paso del tiempo, pues el último de ellos, uno que se encontraba en la Real Armería de Madrid, fue destruído por un incendio en el año 1884. De cualquier forma, gracias a los códices y los relatos, hoy sabemos cómo era el arma.

La mortífera “espada mexica” medía entre 90 y 120 centímetros de larga y estaba hecha de madera. Comenzaba con un mango, lo suficientemente macizo para acomodarse bien en la mano de los guerreros y después se iba volviendo más ancha. La principal característica de esta arma, y la razón por la que era tan temida, era su filo.

A lo largo del arma estaban incrustadas cuchillas triangulares de obsidiana que se encajaban fácilmente en la piel o que desgarraban a sus víctimas. No hay un equivalente europeo del macuahuitl, pues se trata de un arma única en su tipo.

El tamaño de dichas armas podía variar, pero se sabe que, entre más larga y pesada era, más fuerza del guerrero se requería para levantarla, por lo que las más voluminosas eran armas a dos manos. Algunos estudiados en el tema se plantean la idea de un defecto que tenía esta arma: cuando se utilizaba, podría dejar de ser funcional debido a que las cuchillas se rompían.

No obstante, se coincide siempre en que el poder letal del macuahuitl es incuestionable y que significó muchas bajas en el ejército de Hernán Cortés, sus aliados y enemigos del imperio mexica en general. Esto lo saben porque, ante la falta de ejemplares, algunos investigadores han dado a la tarea de crear réplicas para analizar su eficacia en batalla.

Sin bien el macuahuitl es el instrumento bélico más representativo del imperio mexica (y de otras culturas, pues hay registros de que incluso fue utilizada en lugares tan alejados del centro de México, como en el sureste por los mayas), es tan sólo uno del diverso arsenal del que tenemos conocimiento.