En medio de las festividades navideñas, la Rosca de Reyes se erige como un símbolo arraigado en la cultura mexicana. Cuál es el origen de este manjar, desde las saturnales romanas hasta su evolución en territorio mexicano, explorando sus símbolos, tradiciones asociadas y su arraigo en la sociedad contemporánea.
La Rosca de Reyes destaca como un ícono culinario que trasciende generaciones. Este manjar, engalanado con frutas cristalizadas y frutos secos, guarda tras de sí un legado histórico que se remonta a tiempos ancestrales.
¿Cuál es su legado ancestral?
Sus raíces se entrelazan con las saturnales romanas, festividades dedicadas al dios Saturno, donde la inclusión de una moneda dentro de un dulce proclamaba a quien la encontrara como rey por un día. Este ritual, tras la llegada del cristianismo, evolucionó hacia lo que conocemos como la Rosca de Reyes.
Antes de conquistar los paladares mexicanos, esta tradición transitó por tierras europeas, ganando notoriedad durante el reinado de Luis XV en Francia. Su auge en Europa la llevó a España, desde donde fue introducida a México durante el Virreinato, fusionándose con las costumbres locales y arraigándose en la celebración de la Epifanía del Señor.
Día de la Epifanía
El Día de la Epifanía, celebrado el 6 de enero, conmemora el momento en el que, según la tradición cristiana, los Tres Reyes Magos visitaron al recién nacido Jesús en Belén, guiados por una estrella. Esta festividad es también conocida como el Día de Reyes o la Fiesta de los Reyes Magos en muchos países de habla hispana.
La palabra “epifanía” tiene su origen en el griego y significa “manifestación” o “aparición”. La celebración rememora la manifestación de Jesús como el Hijo de Dios a los gentiles, representados por los Reyes Magos, que llegaron desde Oriente trayendo regalos de oro, incienso y mirra.
Simbolismo y tradiciones
A lo largo del tiempo, este pan dulce ha experimentado transformaciones significativas. Desde su forma original circular, evolucionó hacia una figura ovalada, adornada con frutos secos y perfumada con agua de azahar, otorgándole su distintivo aroma a naranja. La receta clásica ha dado paso a variantes rellenas de crema o nata, adaptándose a los gustos contemporáneos.
La forma redonda de la Rosca de Reyes alude a la corona de los Reyes Magos o simboliza el amor infinito de Dios. Esta forma también puede simbolizar el amor infinito de Dios, que no tiene principio ni fin, al ser un círculo sin un inicio o un final evidentes.
Los adornos que se colocan sobre la rosca, como las frutas cristalizadas, higos, nueces o almendras, representan las joyas o piedras preciosas que adornaban las coronas de los Reyes Magos.
Además, el elemento sorpresa dentro de la rosca es otro símbolo importante. Este suele ser una figura pequeña que representa al Niño Jesús. En conjunto, estos elementos simbolizan la visita de los Reyes Magos a Jesús, la protección de este por parte de María y José, y la continuidad de la tradición a través de la responsabilidad de aquellos que encuentran la figura del Niño Jesús dentro de la rosca.
Rituales y responsabilidades
Dentro de la Rosca yacen figuras que representan al Niño Jesús. Quienes tienen el privilegio de hallarlas se convierten en padrinos o madrinas, asumiendo responsabilidades durante el Día de la Candelaria, vistiendo al Niño y llevándolo a bendecir en la iglesia.
La celebración de la Rosca de Reyes se enraíza en la Ciudad de México con eventos masivos. El gobierno organiza anualmente la elaboración de una megarrosca en el Zócalo, donde miles comparten una rebanada de este manjar de dimensiones colosales.
La Rosca de Reyes, más que un postre, se ha convertido en un vínculo generacional. Su evolución refleja la adaptabilidad de las tradiciones, fusionando historia y sabor en cada rebanada compartida. En cada hogar mexicano, su presencia en la mesa durante la temporada navideña no solo ofrece un manjar exquisito, sino que también une a familiares y amigos en torno a una celebración impregnada de historia y significado.