La Rosca de Reyes, un ícono de la gastronomía mexicana en la temporada navideña, sufrió un cambio radical en su receta tradicional. El protagonista excluido: el acitrón, un ingrediente que ha sido eliminado por razones ambientales. Este dulce, proveniente de la biznaga llevó a la reevaluación de una costumbre arraigada en la cultura mexicana.
La práctica de compartir la Rosca de Reyes, remontada a la época colonial y adoptada durante la conquista, marcaba el fin de la Navidad y simbolizaba la visita de los Reyes Magos al niño Jesús. Sin embargo, la inclusión del acitrón desencadenó una preocupación creciente debido a la sobreexplotación de esta planta, poniendo en riesgo su existencia.
Acitrón, impacto ambiental
De acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la producción de acitrón implica el uso de biznagas que pueden tardar hasta 30 años en regenerarse. Esta explotación desmedida llevó a la inclusión de la planta suculenta en la lista de especies en peligro, forzó a la intervención gubernamental para restringir su consumo y comercialización, como lo hizo la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales en 2021.
Con la prohibición del acitrón, desafió a los amantes de la Rosca de Reyes a encontrar alternativas que mantengan el sabor tradicional sin comprometer el equilibrio ecológico. La UNAM sugiere sustitutos exquisitos que pueden realzar el gusto de este pan característico, como los frutos secos: nueces, almendras, cacahuetes, o frutas deshidratadas.
Ricos sustitutos
Además, se promueve el uso de dulces como el ate, chilacayote, xoconostle, membrillo, dátiles o jícama cristalizada como opciones para reemplazar al acitrón. Estas alternativas no sólo preservan el sabor auténtico de la Rosca de Reyes, sino que también respaldan la conservación de especies en peligro, una preocupación cada vez más relevante en la sociedad actual.
La búsqueda de alternativas se ha convertido en un aspecto fundamental para preservar la esencia de la Rosca de Reyes y otras recetas que tradicionalmente llevaban acitrón. Se han propuesto sustitutos como frutos secos, como nueces, almendras, cacahuetes; así como ya las frutas confitadas para mantener el sabor auténtico de estas preparaciones sin comprometer la supervivencia de la biznaga.
La exclusión del acitrón en la Rosca de Reyes marca un cambio importante en la receta, pero también representa un paso hacia la protección del medio ambiente. La adaptación de nuevas alternativas culinarias no sólo preserva la esencia de la tradición, sino que también contribuye a la conservación de especies en peligro, promoviendo una celebración más sostenible y consciente.
Biznaga y acitrón: entre la tradición y la protección ambiental
La biznaga, un cactus característico de los paisajes mexicanos, ha sido durante siglos una planta icónica no sólo por su belleza, sino también por su uso en la gastronomía, específicamente en la elaboración del acitrón. Sin embargo, la sobreexplotación de la biznaga llevó a medidas drásticas que incluyen la prohibición de este dulce que era tradicional y proteger esta especie.
El proceso de obtención del acitrón implica la extracción del corazón de la biznaga, que se cocina con azúcar para crear un dulce confitado utilizado en diversas recetas tradicionales mexicanas, especialmente en la Rosca de Reyes. Sin embargo, esta práctica ha resultado ser insostenible debido al tiempo que tarda la biznaga en regenerarse y a la sobreexplotación de la planta.
Las autoridades medioambientales intervenido para proteger a la biznaga y han tomado medidas drásticas, como la prohibición del acitrón. Esto implica restricciones en la comercialización, consumo y utilización del dulce, así como de productos derivados de la biznaga, con el objetivo de preservar esta especie de cactus que se encuentra en peligro.
El debate sobre la exclusión del acitrón generó reflexiones sobre la preservación de tradiciones arraigadas y la responsabilidad ambiental. A medida que las familias se preparan para la llegada de los Reyes Magos cada 6 de enero, la elección de alternativas respetuosas con el medio ambiente se convierte en un acto consciente para mantener viva una celebración tan significativa en la cultura mexicana.