El escritor mexicano, originario de Acapulco, Guerrero, José Agustí Ramírez, murió la tarde de este martes 16 de enero a los 79 años de edad, siendo confirmado por su hijo, José Agustín Ramírez Bermúdez.
De acuerdo con la familia del autor de libros como La Tumba o De Perfil, el multifacético mexicano en semanas previas a su sensible fallecimiento ya había recibido la extremaunción de un sacerdote. Ramírez Bermúdez realizó una publicación en la que señaló que “la visita del padre José Luis, sacerdote católico, zapatista, viejo amigo de mi padre y fiel a la Teología de la Liberación, tras cuya unción de los enfermos, mi padre ha dicho: ‘Con esto ya mi trabajo aquí se va terminando”,
Luego de que se confirmara lo que su familia y fieles lectores ya contemplaban, debido a lo delicado que estaba su estado de salud, en redes sociales su nombre ha comenzado a ser tendencia, pues se le han externado mensajes de condolencia a sus más allegados.
¿Qué le pasó a José Agustín?
El escritor José Agustín se alejó del mundo de las letras desde hace ya más de 14 años. Y es que en abril del 2009, durante un evento literario llevado a cabo en el estado de Puebla, cayó desde el escenario del Teatro de la Ciudad de una altura de casi dos metros. Esto le provocó una contusión craneal y seis costillas rotas.
Y es que luego de ofrecer una conferencia, en el contexto del Festival Internacional de Cine Documental Musical In-Edit, el autor platicaba y firmaba libros del público sobre el escenario mencionado, pero, al parecer, no se percató de que estaba a la orilla del escenario y dio un paso fuera, lo que le provocó la caída.
Obligado por las personas a su alrededor a caminar por la orilla del escenario, José Agustín, de espaldas, cayó al foso de la orquesta, y esperó más de 10 minutos a que llegaran los servicios de emergencia. Algunos testigos señalaron que el escritor sangraba de la cabeza.
En un texto que escribió José Agustín Ramírez Bermúdez, su hijo, para el medio Proceso, señaló que tras la caída, su padre padece una moderada pero definitiva amnesia de lo reciente, lo que lo dejó prácticamente incapacitado para escribir.
En el mismo texto, titulado José Agustín de perfil y de frente, el hijo del escritor confesó que su padre había iniciado dos novelas que iban “por buen camino”, tituladas La ira de Dios y La llave de la carretera, sin embargo, no las terminó y era prácticamente imposible que lo hiciera.