La “Caravana de Caravanas”, organizada por el Congreso Nacional Indígena (CNI) llegó el sábado al territorio del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para conmemorar los 30 años del levantamiento en el Caracol Dolores, Ocosingo, Chiapas, en el que el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas ha registrado a 725 participantes de seis estados y 20 países.
Encabezando el contingente, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas guió sin incidentes a los participantes a través del territorio chiapaneco. Durante el trayecto desde Ocosingo hasta el Caracol Dolores, la caravana contó con la participación de vehículos de personas que simpatizan con el movimiento insurgente surgido en 1994.
En aquél entonces, mientras el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari celebraba la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, en el suroeste mexicano un grupo de hombres y mujeres indígenas se lavantó en armas, tomaron algunas cabeceras municipales y le declararon la guerra al gobierno de México.
Se trató del movimiento indígena conocido como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el cual surgió el 1 de enero de 1994 con la intención de avanzar con armas empuñadas hacia la capital del país, un hecho que generó una serie de enfrentamientos con el Ejército mexicano.
De acuerdo con Raúl Romero, académico e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, el surgimiento del EZLN representó “en ejemplo global de autonomía frente al modelo capitalista”, dado el planteamiento que presentaron en la Declaración de Lacandona.
“Mientras vivimos un proceso de descomposición social en México, en Chiapas hay comunidades que administran sus territorios y se garantizan lo necesario para vivir”, indicó el académico, quien señaló que el Ejército Zapatista ha permitido que las regiones bajo sus dominio se encuentren inmersas bajo una especie de “burbuja de paz en medio de un Chiapas en guerra”.
El modelo zapatista ha logrado mantenerse pese a las crisis mundiales, y de acuerdo con el subcomandante Moisés, esto ha permitido que las comunidades indigenas tengan logros que no tiene ningún otro tipo de resistencia en el país, es decir, que no se cometan delitos como feminicidios, desaparición forzada, peronque también les ha permitido tener un eficaz sistema de seguridad y justicia.
Sin embargo, el académico de la UNAM señaló que pese a que el EZLN ha logrado lidiar en contra de este tipo de delitos, ello no significa que no padezca los efectos de ellos.
Y es que ha señalado que el crimen organizado, un mal que se extiende por todo el país, ha encontrado en el estado de Chiapas un nicho importante para el trafico de personas, dado que se trata de la entidad que representa el acceso a México desde la frontera sur.
Ello también ha implicado, dijo Raúl Romero, que Chiapas tenga un importante problema de trasiego de drogas: “Guatemala se ha convertido en una bodega de estupefacientes”.
Otra de las grandes problemáticas del estado de Chiapas es la violencia extrativa, pues a la disputa por territorios se le debe sumar saqueo de agua, la presencia de empresas mineras y la instauración de proyectos que despojan a las comunidades de los recursos con los que cuentan.
A 30 años del surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, se consodera que “Identificaron que, muchos de los problemas manifestados en el mundo, tienen que ver con el sistema económico de explotación y dominación denominado capitalismo”.
Es por ello que es considerado un movimiento “único en su tipo”, pues reivindica otro tipo de luchas como la son contra la violencia patriarcal, contra los migrabtes, el racismo, los ecocidios y el cambio climático.
“Parte importante de la comunidad internacional ve el zapatismo como una propuesta de mundo distinto donde, además, caben muchos mundos”.