Carlos, un joven guatemalteco que llegó a México en busca de mejores oportunidades, relató en una entrevista para la organización InSight Crime cómo fue que ingresó a un cártel de Tierra Caliente, donde se convirtió en guardaespaldas de un conocido capo de la localidad.
Fue así que el centroamericano ingresó a Cárteles Unidos, luego de conocer a un amigo que lo ayudó y lo llevó junto con otros seis reclutas en un taxi a un refugio al oeste de Michoacán, donde conoció a un hombre conocido con el mote de ‘Cherry’, un narcotraficante alto, bien vestido, con cabello largo y bigote.
De acuerdo con el relato del joven, el grupo criminal no les pagaba mucho dinero, máximo unos 3 mil pesos mexicanos a la semana, sin embargo, también tenían vivienda, ropa, buena comida, además de que en una ocasión en la que le dijo que su hijo estaba enfermo, le dio dinero para que se lo mandara a Centroamérica.
El patrón de Carlos llegaba a enviarles, ocasionalmente, botellas de whisky Buchanan’s, marihuana y trabajadoras sexuales, todo con el argumento de que “ya estaban pagadas”.
Aunque también había castigos a quienes rompieran las reglas, tal y como le pasó a uno de los reclutas centroamericanos que publicó unas fotos presumiendo de sus rifles de asalto, por lo que varios soldados lo ataron, le pusieron una bolsa en la cabeza para que no pudiera respirar y, ya que estaba a punto de desmayarse lo soltaban, así por unas cinco ocasiones.
En una ocasión, Cherry repasó a cada uno de sus nuevos reclutas, como si fuera un sargento de instrucción, y al dialogar con Carlos cuando le tocaba su turno, le preguntó “¿si era cholo?”, debido a que tenía muchos tatuajes, a lo cual le comentó que “sí, que era pandillero”, con una sonrisa en el rostro, el patrón le dijo que “lo haría el sicario más famoso”.
Salida de Carlos del Cártel
Luego de una serie de traiciones dentro de Cárteles Unidos, finalmente decidió salir debido a que los contrarios terminaron con la existencia de su amigo Pepe, a quien conoció en ese mundo de delincuencia.
Pepe había comprado y vendido metanfetamina a los otros grupos, entre los cuales estaba también el rival agraviado, quien se encontró con él y lo asesinó. Posteriormente, envió una foto del cadáver a Cherry, su anterior jefe, que después se la mandó a Carlos.
Al participar en un operativo y huir de las autoridades mexicanas, Carlos y otro compañero decidieron huir del grupo y se internaron en un hotel cercano a la zona boscosa donde estaban internados. Fue donde se comunicó con ‘Cherry’ y le dijo que “ya no iba a saber nada de él”, a pesar de las amenazas de su ahora expatrón, se fue a Estados Unidos de forma ilegal debido a que contaba con cinco deportaciones.