El deporte favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador (béisbol) no ha estado exento de cuestionamientos por presuntos nexos con el narco; desde grupos criminales financiando equipos en Tabasco, hasta la compra de un estadio con dinero sucio y el arresto de una estrella de las Grandes Ligas por posesión de drogas, son sólo algunos de los episodios que han manchado al deporte.
Esteban Loaiza alcanzó la fama en el mundo del deporte al vestir la camiseta de los Yankees de Nueva York, ser elegido dos veces All Star Game y ganar más de 40 millones de dólares; sin embargo, al pelotero mexicano también se le recuerda por sus 36 meses de prisión como parte de su condena por transportar 20 kilogramos de droga.
El oriundo de Tijuana, Baja California, jugó 14 temporadas en las Grandes Ligas, pero los 43 millones de dólares que se presume cobró a lo largo de su carrera no le duraron mucho, pues 10 años después de su retiro la policía de San Diego, California, lo detuvo por posesión de 20 kilogramos de cocaína. Durante su juicio se declaró culpable de intentar distribuirla en Estados Unidos.
Los Zetas financiaban equipos de béisbol
En Tabasco, estado de nacimiento del presidente López Obrador, un grupo criminal ligado a Los Zetas, cuando aún eran un brazo armado del Cártel del Golfo, estuvo vinculado con el financiamiento de equipos de béisbol de la zona costera.
Para ganarse el apoyo de los pobladores, Los Zetas pagaron uniformes y entregaron apoyos económicos a los equipos de béisbol de los municipios de Comalcalco y Villahermosa hasta que agentes federales detuvieron en 2009 a Juan Ramón Lara Castelán, alias “El Conejo”, ex líder del grupo criminal en Tabasco.
Junto a “El Conejo” la Procuraduría General de la República (PGR) informó sobre la detención de una decena de miembros del Cártel del Golfo; además de 22 policías municipales y 12 estatales que se encontraban dentro de la nómina de Los Zetas.
Uno de los hechos ligados al narco que patrocinaba a equipos de béisbol más difundidos por la prensa nacional ocurrió en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, cuando tras la derrota en un partido sicarios asesinaron a tres personas, entre ellas dos sacerdotes jesuitas.
El crimen se atribuyó a una célula del Cártel de Sinaloa comandada por José Portillo Gil, alias “El Chueco”, quien apareció sin vida en marzo de 2022 en una brecha de Choix, Sinaloa, casi un año después de los homicidios de los sacerdotes Joaquín Mora y Javier Campos, además del guía de turistas Pedro Palma.
Narcoestadio de béisbol
En su declaración ante la PGR el narcotraficante ligado al Cártel de Sinaloa, Gualberto Gastélum López, confesó tener relaciones con el exgobernador de Sonora, Gillermo Padrés, al grado de aportar una millonaria suma para la construcción de un estadio de béisbol.
Siendo un deporte altamente practicado en Sonora, en 2010 se inició la construcción del Estadio Fernando Valenzuela, actual casa de Los Naranjeros de Hermosillo, para el cual se necesitó una inversión de 500 millones de pesos, de los cuales Gastélum López dijo haber aportado 40 millones.
El estadio se inauguró en 2013 con la Serie del Caribe y sólo tres años después Guillermo Padrés fue detenido por acusaciones de lavado de dinero, defraudación fiscal y delincuencia organizada. En 2019 el ex gobernador de Sonora salió en libertad luego de pagar una multa de cinco millones de dólares.