Surgidos como un deseo de Osiel Cárdenas Guillén por tener su propio ejército, Los Zetas se convirtieron a finales de la década de 1990 e inicios del siglo XXI en el grupo criminal más temido del país.
A diferencia de los escuadrones de sicarios de otras organizaciones, las primeras generaciones de este brazo armado del Cártel del Golfo se caracterizaron por su amplia experiencia militar.
Arturo Guzmán Decena, alias ‘El Z-1′, se encargó de reclutar a un aproximado de treinta hombres que, al igual que él, abandonaran las filas del Ejército Mexicano para integrarse al cuerpo de seguridad de Cárdenas Guillén.
Uno de los líderes más conocidos de esta estructura bélica fue Heriberto Lazcano Lazcano, alias ‘El Lazca’ o ‘El Z-3′, identificado como uno de los más despiadados integrantes de Los Zetas que, tras la muerte de Guzmán Decena en 2002 y la detención de Cárdenas Guillén en 2003, llegó a la cabeza de la organización.
Como exmiembro del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), ‘El Lazca’ tenía contactos dentro del Ejército que aprovechó para nutrir al cártel. Entre los militares de élite que reclutó estaba Juan Sánchez Limón, a quien conoció cuando ambos estudiaban en el Colegio Militar y que, con el paso de los años, se convirtió en jefe de Los Zetas en Guanajuato, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas y Jalisco.
Fue precisamente él quien reveló, durante una conversación con el periodista Jesús Lemus Barajas dentro de la prisión de Puente Grande, cuánto dinero le ofrecía Lazcano.
En su libro Los malditos: crónica negra desde Puente Grande, el reportero cita una conversación que tuvo con el exjefe criminal detenido en 2007.
“Me encontraba asignado en Durango cuando me llegó la invitación del ‘Lazca’ para sumarme al grupo que estaba organizando, por iniciativa de Osiel”, contó Sánchez Limón en referencia a una fecha no especificada antes de la captura de Guillén.
Ante esto, Lemus le preguntó si fue difícil tomar la decisión de abandonar la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para sumarse a Los Zetas y obtuvo una negativa como respuesta.
“Así como va, no tienes mucho que pensarlo. En el Ejército ganaba ocho mil pesos al mes, y cuando ‘El Lazca’ me invitó me ofreció 10 mil pesos a la semana. ¿Qué le piensas?”, fue la contestación de Sánchez Limón.
Frente a dicha propuesta, el otrora teniente del Ejército se reunió con ‘El Lazca’ en un hotel de Laredo para recibir las primeras instrucciones como recién ingresado al cuerpo de guardias de Osiel Cárdenas Guillén.