La vez que Silvia Pinal escapó de un país con las cintas de ‘Viridiana’; las escondió en su abrigo porque las querían quemar

Silvia Pinal, quien falleció este 28 de noviembre de 2024 a los 93 años, se consolidó como una de las actrices más icónicas para el cine y las artes en el país. Su relevancia y talento en la esfera la llevaron a ser considerada por directores de talla internacional como Luis Buñuel. De hecho, más allá de su participación como actriz en la filmación de Viridiana, su papel trascendió hacia fuera de la pantalla grande, pues rescató la cinta de la película y escapó con ella debido a la intención de las autoridades de un país de destruirla.

Una de las concepciones más erróneas que tiene el público contemporáneo y la comunidad cinéfila es que Silvia Pinal ganó una Palma de Oro en Cannes. No fue así; en realidad, fue la película que protagonizó en 1961, llamada Viridiana, la que se hizo acreedora del merecimiento. Sin embargo, muchas personas creen que la actriz ganó el premio específicamente por su actuación.

A pesar de desmentir el supuesto, eso no quiere decir que su labor en la cinta dirigida por Luis Buñuel no sea digna de aplauso. La gran hazaña de la Palma de Oro para dicha cinta se cuenta entre pocas porque se trata de la única vez que el prestigioso festival ha premiado a una obra hispanohablante y el único con el que cuenta España.

Viridiana es una coproducción entre México y España; por tanto, muchos mexicanos también toman el mérito como propio. Especialmente Silvia Pinal, quien custodia la presea de Cannes, dado que a su director no le interesaban en absoluto los reconocimientos.

A Buñuel lo que le gustaba era que sus obras causaran cierto revuelo y una revolución intensa del pensamiento; razón por la cual se encontró entusiasmado cuando su película se enfrentó a una campaña de desprestigio y a la censura.

La película Viridiana, dirigida por Luis Buñuel y protagonizada por Silvia Pinal, enfrentó una campaña de censura y controversia tras su estreno en 1961. La obra fue duramente criticada por su representación irónica y crítica de la caridad cristiana y por su osada irreverencia hacia la religión.

En aquel momento, la película fue interpretada como un ataque a los valores católicos, especialmente debido a una secuencia que recrea la Última Cena con indigentes y desamparados, lo cual fue considerado blasfemo. La censura franquista en España, donde Buñuel había filmado la película, reaccionó prohibiendo su proyección y exportación, incluso después de que había sido galardonada en Cannes.

El gobierno español, inicialmente permisivo con la producción del filme probablemente por la intervención a favor de los productores por parte de Gustavo Alatriste y la no intervención en el proceso creativo de Buñuel, se distanció públicamente de la película una vez visto el resultado final y la reacción del Vaticano. El Vaticano condenó Viridiana a través de su publicación oficial, L’Osservatore Romano, y esto intensificó la estrategia de censura en España y otros países de gran influencia católica.

La presión fue tal que el director de la película y la actriz principal fueron desacreditados en su país, mientras que las copias de la película fueron recogidas y se ordenó su destrucción. No obstante, una copia sobrevivió y fue esta la que se utilizó para su distribución internacional en cines y festivales.

“Eran gentes de un grupo de reaccionarios y pues sí, querían quemarlas [las cintas]. Y don Luis [Buñuel] estaba fascinado. Por don Luis que las hubieran quemado, hubiera armado un escándalo... Pero la película se hubiera perdido y se lo dije, ‘Don Luis esto para nosotros, los del cine, es un regalo de Dios, así que no sea malo y apoyame”, contó Silvia Pinal.

Fue así como Silvia Pinal huyó de España como persona non grata con la última copia de la película, la misma que sirvió para ser exhibida en otros países y en diversos festivales internacionales.

Silvia Pinal descosió los pliegues de un abrigo y allí metió las cintas antes de viajar: “Ahí las metí, como pude. Nada más las cintas, sin las latas. El abrigo que traía yo estaba lleno de los cintas de la película”.

A pesar de la prohibición y desacreditación del Vaticano, Viridiana finalmente se pudo exhibir por algunas semanas y en un solo cine en México. Actualmente dicha película es considerada un clásico de la cinematografía mundial, así como una de los mejores filmes de la historia.