Rafael Caro Quintero, mayormente conocido como ‘El Narco de narcos’, fue uno de los miembros más violentos del Cártel de Guadalajara, a quien se le acusa de haber asesinado al agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena, por infiltrarse y dar información sobre un plantío de marihuana en Chihuahua.
En el narcocorrido ‘El R-1′, de los Tigres del Norte, se expone uno de sus pocos conocidos apodos, así como recordar la vez que las autoridades le incautaron varias hectáreas de marihuana que pretendía cosechar para después enviarlas hacia Estados Unidos.
“Estaba humeando el tizón y es que querían poner caldo, voy a cantar un corrido, que no podrán olvidarlo y es que atizaban el horno, de la caldera del diablo, se oyó la voz de R-Uno, un domingo en la mañana, cuando le dijo a su gente, ‘vamos a pizcar manzana, ahí les dejo un anticipo y nos vemos en Chihuahua’”, comienza el tema de los Tigres del Norte.
Aunque no se menciona como tal la sustancia natural ilícita, esta es referenciada como manzana, ya que es uno de los frutos que más se produce en la sierra de Chihuahua y Durango, sitio en el que se ubica el triángulo dorado.
Relatan los Tigres del Norte que los agentes del FBI llegaron a la zona y dieron con la droga, aunque no agregan que esto llegó a concretarse tras el apoyo de ‘Kiki’ Camarena que ingresó al cártel para filtrar información a las autoridades estadounidenses.
Este suceso se registró a finales de 1984, para que meses después fuera asesinado Camarena, quedando como principales sospechosos a los líderes Ernesto Fonseca Carrillo, ‘Don Neto’, Rafael Caro Quintero, ‘El Príncipe’ y Miguel Ángel Félix Gallardo, ‘El Jefe de jefes’, el último en ser capturado.
“En la prensa publicaron, por fuente de una embajada ‘en un rancho del desierto, allá en Búfalo, Chihuahua, había diez mil toneladas, de la famosa manzana”, se miró él , en los lugares mentados, también muchos federales y unos hombres engañados, pero al famoso R-Uno, ni los soldados lo hallaron”, continúa la canción.
Para finalizar, los Tigres del Norte lanzaron una advertencia sobre las condiciones en la que se encontraba la zona tras la intervención del Gobierno que ya tenían ubicadas a dos de las cabecillas.
“El horno no está pa bollos, huele a azufre del infierno, lo acusan de muchas cosas, casi me lo estoy creyendo, yo no miro más que un paso, de la caldera al infierno”, finalizó el narcocorrido en honor a ‘Don Rafa’.