El senador de la República mexicana, Armando Guadiana falleció a los 77 años tras un largo proceso de tratamiento contra el cáncer de próstata. Desde 2017, Guadiana había sido diagnosticado con esta enfermedad, que lo llevó a recibir ayuda especializada en Houston, Texas. Tras seis años de intervenciones y terapias, el 26 de diciembre de 2023 perdió la vida en mientras recibía atención médica en Monterrey.
El militante del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y empresario del carbón en Coahuila, lidió con una enfermedad que afecta a más de 25 mil hombres en México cada año. Uno de los aspectos que causa más preocupación es las autoridades es la etapa en la que los pacientes recurren a los hospitales: 70% de los casos con tumores llegan al Instituto Nacional de Cancerología, (INCan) en etapas avanzadas, de acuerdo con los índices de la Secretaría de Salud (SSA).
Los expertos de esta institución advierten que uno de cada seis mexicanos está en riesgo de padecer este cáncer. Desde los 40 años, se recomienda que un hombre frecuente los consultorios para una revisión médica anual. De esta forma, podría reducirse el riesgo de llegar a los quirófanos en etapas avanzadas, en especial si en varones mayores de 65 años presenta antecedentes familiares de la enfermedad.
Síntomas del cáncer de próstata
Las hombres pueden experimentar síntomas asociados al cáncer de próstata (CP) como el flujo débil de orina o la necesidad de orinar de forma frecuente en horas nocturnas, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos (NCI). Los expertos instan a la población a consultar con profesionales de la salud ante manifestaciones como dificultad para iniciar la micción o vaciar la vejiga por completo, debido a que esta parte del aparato reproductor masculino aumenta de tamaño con la edad y se sitúa debajo de la vejiga y delante del recto.
Cuando la detección ocurre en fases avanzadas, los pacientes pueden sufrir dolor en la parte baja de la espalda, cadera o pelvis, malestares continuos y otros indicadores de anemia como fatiga extrema y palidez. Estas condiciones urinarias y sexuales podrían ser el resultado del crecimiento natural de la próstata con la edad, lo que podría llevar al bloqueo de la uretra o la vejiga.
Aunque otros trastornos pueden manifestar síntomas similares, es crucial la consulta médica frente a cualquier anomalía, para descartar o confirmar la presencia de cáncer de próstata u otras complicaciones. La prevención y atención médica son herramientas esenciales en la lucha contra el cáncer, y un diagnóstico temprano podría mejorar significativamente el pronóstico de quienes enfrentan esta enfermedad.
En México, el CP es la primera causa de cáncer y mortalidad por enfermedades cancerígenas en hombres. Los principales factores de riesgo son la edad, debido a que el riesgo de padecer esta condición aumenta con el paso de los años, y los antecedentes familiares. Respecto a los factores alejados a la herencia genética, aparece el consumo en exceso de carnes rojas, alcohol, tabaco y productos lácteos. Si la enfermedad se diagnostica de forma temprana, es curable en el 85% de los casos, según Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
El cáncer de próstata afecta cada vez a más hombres en México
Existe un aumento progresivo en la tasa de morbimortalidad del cáncer de próstata (CP) en hombres mayores de 55 años en México, a pesar de la disminución de la mortalidad por otras neoplasias, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Cancers. Los datos indican un pico en la incidencia de fallecimientos en el grupo de 75 a 79 años y un mayor número de casos en el grupo de 70 a 74 años durante 2019.
México ha mostrado una carga de enfermedad por CP superior a la media global, aunque menor que en otros países de América como Argentina, Chile, Cuba, Brasil, Uruguay y Venezuela. Se relaciona esta situación con diagnósticos tardíos y una mayor incidencia en los últimos años, posiblemente debido al uso incrementado de pruebas de antigeno prostático específico (PSA) y a factores de riesgo como la obesidad.
La investigación identificó estados como Chiapas y Guerrero, con los índices de desarrollo educativo (IDE) más bajos del país, presentan tasas de mortalidad más altas por CP, asociadas a factores socioeconómicos como el bajo nivel educativo y el difícil acceso a atención médica, sobre todo en poblaciones indígenas.
En contraste, tres estados del país presentaron una disminución en la carga del cáncer de próstata: Ciudad de México, Baja California y Coahuila. Este indicador mide años de vida saludable perdidos debido a la enfermedad, de acuerdo a un estudio publicado en La revista International Urology and Nephrology. Las cifras regionales mostraron un promedio de 344 casos de CP por cada 100 mil hombres y 210 defunciones por 100 mil.
En México se encontró que la tasa de incidencia del cáncer de próstata fue de 279.6 por cada 100 mil personas, mientras que la tasa de mortalidad fue de 99.1 por cada 100, mil. Además, se descubrió que 13 estados tenían tasas de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) por encima del promedio nacional de 883 por cada 100 mil habitantes. La carga más alta, con más de mil 300 AVAD por cada 10 mil personas, se registró en el estado de Guerrero.
Los investigadores advierten que la disminución en la carga de CP tampoco implica una mejor prevención, sino que podría derivarse de mejoras en el diagnóstico y tratamiento oportuno. La investigación señaló limitaciones como las diferencias metodológicas en las estimaciones epidemiológicas y la ausencia de un registro poblacional de cáncer en México. Sin embargo, enfatizan la importancia de políticas públicas eficientes para continuar reduciendo la incidencia y mortalidad del CP en Latinoamérica.
Diagnóstico del cáncer de próstata
En la detección y diagnóstico del cáncer de próstata, los médicos recurren a un conjunto de procedimientos diseñados para evaluar la salud de este órgano. La exploración física, con énfasis en el Examen Digital del Recto (EDR), es el punto de partida que permite identificar anomalías mediante la palpación rectal de la próstata. Acompañado de un análisis detallado de antecedentes médicos y hábitos de salud, estos métodos conforman la barrera inicial en la detección temprana de posibles patologías prostáticas, de acuerdo con el NCI.
Junto a estos exámenes primarios, se emplea la Prueba del Antígeno Prostático Específico (PSA), un análisis sanguíneo que detecta niveles elevados de una proteína producida por la próstata. Aunque un PSA alto no es indicativo exclusivo de cáncer, puede ser un signo de alerta y es crucial para el seguimiento de otras afecciones como la hiperplasia prostática benigna o la prostatitis. Para una evaluación más específica, la Tomografía por Emisión de Positrones (TEP) con Antígeno Prostático Específico de Membrana (TEP con PSMA) ofrece una imagen más precisa de la extensión de las células cancerígenas.
Avanzando en la precisión diagnóstica, técnicas como la Ecografía Transrectal y la Resonancia Magnética Transrectal (IRM) se erigen como herramientas clave. La primera genera imágenes detalladas mediante ultrasonido, mientras que la IRM combina imanes y ondas de radiofrecuencia para obtener representaciones claras de la estructura prostática y su posible invasión cancerosa. Estos avances tecnológicos son fundamentales para elaborar planes de tratamiento personalizados y son considerados avances significativos en el combate contra esta enfermedad.