El tren en el Istmo de Tehuantepec, el sueño que empezó con Porfirio Díaz

El regreso de los ferrocarriles de pasajeros a México se concretó durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien impulsó el Tren Maya y el Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.

De las mega obras, la segunda destaca por ser un puente entre el Atlántico y Pacífico. El sueño de conectar estos océanos comenzó desde siglos atrás, durante el gobierno de Porfirio Díaz.

Aunque el interés de lograr la conexión entre oceános comenzó desde que Hernán Cortés llegó a tierras mexicanas, fue hasta el Porfiriato que la idea se concretó.

Cuando Porfirio Díaz asumió el cargo de presidente de México en la ruta del tren no había más que un tramo carretero construido, por lo que la necesidad de construir una vía rápida para transportar la mercancía era apremiante.

Las negociaciones para construir el tren del Istmo de Tehuantepec iniciaron desde 1842 y se extendieron más de tres décadas, en las que los intentos por comenzar fueron infructuosos. La situación cambió hasta la llegada de Díaz.

En 1880 inició la construcción, a cuatro años de que Díaz llegó a la presidencia. Tras años de inconsistencia, el 11 de septiembre de 1894 el entonces presidente pudo ver el tren en marcha.

La locomotora salió a las 6:03 de la mañana de Coatzacoalcos, Veracruz y llegó a las 4:23 de la tarde a Salina Cruz, Oaxaca, luego de un viaje de cerca de doce horas y media, de acuerdo con artículo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Las vías no estaban preparadas para el intenso movimiento mercantil en la zona y años después quedó claro que eran necesarias adecuaciones. En este contexto, en 1898 el gobierno mexicano otorgó la concesión del tren del Istmo de Tehuantepec a la firma S. Pearson & Son Ltd, que previamente se encargó de la construcción de la red de drenaje en la Ciudad de México.

La compañía quedó a cargo también de rehabilitar los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, por lo que pasaron varios años más antes de que el proyecto estuviera listo.

Porfirio Díaz inauguró el puerto y abrió las puertas de la estación de tren en Salina Cruz el 23 de enero de 1907. El mandatario puso los sellos fiscales al barco Arizonian, que estaba cargado con once mil quinientas toneladas de azúcar procedente de Hawái y con destino a Filadelfia, Estados Unidos, de acuerdo con información recopilada por la Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas Privados, A.C.

El tren del Istmo de Tehuantepec fue un éxito en los primeros años de operación a cargo de la empresa S. Pearson & Son Ltd. Un artículo de la revista Alquimia, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), refiere que llegó a transportar hasta 850 mil 827 toneladas de carga interoceánica.

La suerte de la ruta interoceánica cambió en 1914 cuando el primer barco transitó por el Canal de Panamá. Sumado a ello, el estallido de la Revolución Mexicana impactó en el intercambio comercial.

Durante el movimiento revolucionario la vía fue utilizada por las tropas carrancistas y para transportar el petróleo requerido por los barcos que hacían escala en Salina Cruz.

Fue hasta el sexenio de López Obrador que se puso en marcha la rehabilitación de la ruta y a un año de que termine su gobierno inauguró la Línea Z del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec que será de carga y pasajeros. Éste medio de transporte conecta los estados de Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Tabasco.