Carlos Slim Helú, el empresario e ingeniero mexicano, reconocido como el hombre más rico de México y presidente de Teléfonos de México, cuenta con una profunda conexión con la fe católica maronita.
Esta creencia religiosa tiene sus raíces en las iglesias católicas orientales y se caracteriza por sus tradiciones litúrgicas antioqueñas que se expresan a través del siríaco, también conocido como asirio o caldeo.
Nacido el 28 de enero de 1940, Carlos Slim Helú es descendiente de una familia libanesa, lo que ha influido en su elección de profesar el catolicismo maronita. Esta rama específica del catolicismo sigue las tradiciones litúrgicas antioqueñas, una herencia espiritual que se manifiesta a través del uso del siríaco en sus ceremonias religiosas.
El catolicismo maronita se distingue por su conexión con la Iglesia Maronita, que tiene sus raíces en la antigua Antioquía. Esta fe cuenta con una rica historia y una tradición litúrgica única que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Aunque Carlos Slim Helú es conocido principalmente por su éxito empresarial, con un patrimonio estimado en 104,2 miles de millones de dolares, lo que lo coloca como el decimoprimer hombre más rico del mundo, según Forbes; su vida personal también refleja su devoción religiosa. Este aspecto de su identidad ha sido resaltado por Imagen, que informa sobre la conexión del magnate con el catolicismo maronita y las particularidades de esta fe.
El conglomerado empresarial de Slim, conocido como Grupo Carso, abarca una amplia gama de industrias y servicios, destacándose en telecomunicaciones en varios países de América. Además, se extiende a sectores como manufactura, transporte, construcción, inmobiliario, cadenas de tiendas, finanzas, energía, minería, salud, deportes y medios de comunicación.
¿Qué es el catolicismo maronita?
La Iglesia Maronita, que se desprende de la corona de la Iglesia Católica Oriental, emerge como un testimonio vivo de la diversidad dentro de la unidad que caracteriza a la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. Profundizando en su identidad y conexión con la fe, el sitio web oficial de la Iglesia Maronita, www.maronitas.org, ofrece una visión reveladora de su papel dentro del vasto mosaico de la Iglesia Católica.
También conocida como Iglesia Siríaca Maronita de Antioquía, se erige como una de las veinticuatro Iglesias sui iuris que constituyen la Iglesia Católica. Esta iglesia oriental, arraigada en la tradición litúrgica antioqueña, utiliza el siríaco occidental como lengua litúrgica y el árabe libanés como lengua auxiliar, revelando así su rica diversidad cultural.
La página web destaca que ser católico no solo es un privilegio histórico con fundamentos en Cristo, sino también un compromiso con la revelación divina a través de la Sagrada Escritura, canonizada por la Iglesia Católica. Además, subraya la importancia del Papa como Vicario de Cristo, consolidando así la unidad eclesiástica bajo la promesa bíblica: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt. 16, 18).
Bajo la presidencia del patriarca de Antioquía de los Maronitas, cuya sede se encuentra en Bkerké, en el distrito de Keserwan de la gobernación del Monte Líbano en el Líbano, la Iglesia Maronita se organiza según lo estipulado en el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales (CCEO). Este organismo eclesiástico opera bajo la supervisión del Dicasterio para las Iglesias Orientales.
La devoción mariana, tan arraigada en la fe católica, se manifiesta de manera especial en la Iglesia Maronita, que abraza con ternura a la Virgen María como Madre de Dios. Sin embargo, lo que distingue aún más a esta iglesia es la profunda conexión con la presencia real, verdadera y substancial de Cristo en la Sagrada Eucaristía. Aquí se cumple la promesa divina de que “yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 20), destacando la importancia de este sacramento en la vida espiritual de los maronitas.
En el período del sínodo patriarcal de la Iglesia Maronita en 2003-2004, se identificaron cinco elementos distintivos que definen la esencia de esta iglesia. En primer lugar, se destaca su antigüedad y conexión con la tradición antioqueña. Además, la Iglesia Maronita se adhiere a las deliberaciones del Concilio de Calcedonia de 451, lo que la califica como calcedoniana.
El sitio web enfatiza la diversidad de la Iglesia Católica, que, bajo la acción del Espíritu Santo, abraza una amplia gama de dones, tradiciones, liturgias y carismas. Esta diversidad se manifiesta en las 24 Iglesias Rituales, donde la Iglesia Maronita ocupa un lugar especial como parte integral de la Iglesia Católica Oriental. La unidad con el Romano Pontífice, el Papa, es un pilar fundamental de su identidad, reforzando su conexión con la Iglesia Católica en su totalidad.
Además de su legado histórico, la Iglesia Maronita cuenta con una serie de santos venerados, entre ellos San Marón, Juan Marón, Nemetala Al-Hardini, Chárbel Makhlouf y Rebeca de Himlaia (o Rafka), que contribuyen a la riqueza espiritual de la comunidad maronita.
En resumen, la Iglesia Maronita se erige como una porción valiosa y única dentro de la riqueza de la Iglesia Católica, representando la esencia misma de la diversidad en la unidad. Su compromiso con la fe católica, sus tradiciones arraigadas y su lealtad al Papa ilustran cómo esta iglesia contribuye de manera significativa al tapiz espiritual de la Iglesia Católica Oriental.