Antes de que todo México conociera a Nemesio Oseguera Cervantes como El Mencho o el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los narcos más poderosos del mundo era conocido como “El Gallero”, apodo que tras años de acumular poder se transformó en El Señor de los Gallos.
El apodo nace del gusto que El Mencho tiene por las apuestas en las peleas de gallos, mismas que disfruta en compañía de “mujeres hermosas” mientras los gallos se debatían a muerte con navajas que cruzaban ante palenques llenos de hombres armados.
Al menos así lo retrató en 2016 a la cadena Univisión -cuando el CJNG acababa de separarse del Cártel de Sinaloa- un hombre que dijo haber trabajado al servicio de El Mencho en el mundo de las peleas de gallos.
“Todo mundo lo conocía como gallero, esa era su fama, no como narco (...) Hasta tiene un corrido; así se llama, El Gallero”, narró Ramón, presunto extrabajador de El Mencho.
De acuerdo con el relato del joven era tanta la afición de El Mencho por las peleas de gallos que en una ocasión apostó dos millones de pesos en una pelea que se celebró a puerta cerrada, entre El Señor de los Gallos y otro personaje, con gallos finos que costaban más de 15 mil pesos cada uno.
En el relato el joven precisó que el líder del CJNG seguía apostando en peleas de gallos que se celebraban en palenques del estado de Michoacán; ahí El Señor de los Gallos perdía y ganaba miles de dólares, cristal y tabiques de cocaína pura que apostaba a sus rivales de afición.
De aguacatero a El Señor de los Gallos
Por el relato del testimonio las apuestas debieron ocurrir cuando Ruben Oseguera Cervantes -se cambio el nombre a Nemesio en homenaje a su padrino- ya tenía un lugar dentro del narcotráfico, es decir, después de su infancia como aguacatero, de su detención en Estados Unidos y tras su paso por la policía municipal de Tomatlán, Jalisco.
La historia de Ruben Oseguera se remonta a 1966 en un poblado de Michoacán -no está claro si en Naranjo, Chila o Aguililla- donde abandonó la escuela en el quinto grado de primaria para cuidar los campos de aguacate de la familia Valencia.
Entre los aguacates y los negocios turbios de los Valencia, fundadores del Cártel del Milenio, fue como nació El Mencho al incorporarse al tráfico de marihuana y amapola y luego emigrar a California para ampliar su repertorio de drogas a heroína y metanfetamina.
Cuando El Mencho tenía 20 años ya traficaba droga a San Francisco, California, y cuando tenía 26 (en 1992) lo detuvieron junto a su hermano (Abraham) y los condenaron a cinco y 10 años de prisión respectivamente. A su regreso a México nació El Señor de los Gallos.
De El Señor de los Gallos a líder del CJNG
El Mencho fue deportado a México en 1997 y de inmediato se enroló en la policía municipal de Tomatlán y en las filas del Cártel del Milenio comandado por los hermanos Nava Valencia e Ignacio Nacho Coronel, el tío de Emma, la esposa de El Chapo Guzmán.
Desde entonces creció su actividad criminal y se presume que fue donde su gusto por las peleas de gallos se incrementó, apostando el dinero que le dejaba el tráfico de drogas, sus labores como consejero de seguridad del Cártel del Milenio y por estar al frente del grupo conocido como Los Mata Zetas.
El relato se corta en 2016 cuando el CJNG ya tenía ese nombre y operaba de la mano con Los Cuinis, el grupo financiero del nuevo cártel de Jalisco, liderado por Abigael y Gerardo González Valencia, los cuñados de El Señor de los Gallos.
Son dos los corridos que recuerdan la afición de El Mencho a los gallos, “El Gallero” y “El Señor de los Gallos”: “Soy el fundador, el que tiene el mando, mi organización da muchos trabajos y también me apoyan ahí mis cuñados, soy el de la nueva, Nemesio Oseguera, El Señor de los Gallos...”