Joaquín Guzmán Loera actualmente se encuentra recluido en ADX Florence, una cárcel de máxima seguridad de la que ninguna persona ha podido escapar. Fue uno de los líderes del Cártel de Sinaloa y ahora el grupo criminal cuenta con diferentes facciones, entre las que destacan la de Ismael El Mayo Zambada y la de Los Chapitos, hijos de Guzmán Loera.
El Chapo se fugó de cárceles de máxima seguridad mexicanas, cuando estaba en el penal de Puente Grande, Jalisco, se ocultó en un carrito de ropa y cuando estaba en el Altiplano, en el Estado de México, usó un túnel y a las afueras de la cárcel lo ayudaban sus hijos y su esposa, Emma Coronel.
El “sueño” que tenía El Chapo
Pero cuando Guzmán Loera estaba libre pretendía generar una estructura que reuniera a diferentes grupos criminales y la cual fuera manejado por el propio Chapo pero “desde las sombras”.
En el libro titulado Ese cáncer que llamamos crimen organizado el periodista Héctor de Mauleón colabora con un texto sobre el capo originario de Sinaloa. El también escritor expone lo siguiente en su texto Atentamente, El Chapo:
“El Chapo soñaba en ese tiempo con crear una Federación, una alianza de cárteles que él iba a dirigir desde la sombra. Estuvo a un paso de lograrlo”. Si bien la existencia de La Federación y su rivalidad con Los Zetas es un tema documentado, el periodista detalla el porqué el capo no pudo cumplir el deseo que tenía.
Y es que la descripción de El Chapo presentada por Mauleón recoge las declaraciones del entonces fiscal antidrogas de la Procuraduría General de la República (PGR), José Luis Santiago Vasconcelos, quien en su momento aseguró que era el hombre “más inteligente” al que se había enfrentado la institución de seguridad.
Además de ser identificado como una persona con una capacidad de reacción y estructura “extraordinaria”; sin embargo, los deseos de El Chapo sobre La Federación tuvieron que enfrentarse a la forma de ser de Guzmán Loera.
El texto indica que El Chapo Guzmán cuenta que uno de los perfiles psicológicos que se le practicó arrojó que tenía un “sentimiento de inferioridad” debido a su estatura. Una de sus características es que “no es indulgente con sus detractores”.
“Estuvo a un paso de lograrlo [la alianza de cárteles] pero, como decía el perfil, no era indulgente con sus detractores. En sólo nueve años convirtió el país en una balacera”, escribe Héctor de Mauleón.
Las características de Guzmán Loera son relacionadas con la violencia que sufrió el país durante el periodo del 2001 al 2010. Por su parte, el documento Evolución del crimen organizado en México de Miguel de A. Cumplido Tercero, realizado en 2015 apunta a que desde el 2006 hubo una baja en el consumo de cocaína.
“A partir del año 2006 se empezaron a producir cambios en la estructura de exportaciones del tráfico de cocaína que opera el crimen organizado mexicano”, lo anterior apunta a que los grupos criminales generaron menos ganancias y beneficios y también mayor competencia entre las estructuras criminales, según el análisis de Cumplido Tercero.
Es decir, ya para 2006 no había un entorno que favoreciera la alianza buscada por Guzmán Loera. Lo anterior se suma a que en 2004 fue asesinado El Niño de Oro, hermano de Amado Carrillo Fuentes, dicha muerte fue la que, para el autor Diego Enrique Osorno, simbolizó la caída de La Federación.
La forma de ser de El Chapo narrada por Héctor de Mauleón puede ser contrastada con el perfil del capo realizado por la también periodista y experta en temas de narcotráfico Anabel Hernández, quien en su libro Los Señores del Narco se puede leer que el capo era una persona ingeniosa, manipuladora y hasta encantadora.