En el primer día de operaciones del Tren Maya, una de las megaobras insignias del presidente Andrés Manuel López Obrador, el colectivo ambientalista Sélvame del Tren denunció este sábado que la construcción afectó más de 121 cuevas y cenotes ubicados en el Tramo 5, que va de Cancún a Playa del Carmen, en el estado de Quintana Roo.
A través de su cuenta de 𝕏 se detalló que, sin llevar a cabo Estudios de Impacto Ambiental, se desmontó vegetación para instalarse más de 17 mil pilotes de concreto y acero, con dimensiones de 1.20 metros de ancho por 25 metros de profundidad, lo que alteró los ríos subterráneos de la red de cavernas.
Incluso, el hidrólogo Guillermo DChristy compartió fotos y videos de buzos donde se observa que por el material de los pilotes ha cambiado el color de las aguas antes cristalinas, fundamentales para la fauna y la flora de la región, lo que es un indicativo de estancamiento y contaminación.
“Se advirtió por los expertos que meter el @TrenMayaMX a esta zona sería un despropósito ambiental, arqueológico, paleontológico, técnico. Cientos de cavernas están siendo afectadas. Tanto las que tienen salida a la superficie como las que no”, escribió el experto en 𝕏.
En 2018 se tenía listo el trámite para nombrar patrimonio mixto de la humanidad el area del Sistema Sac Actun que abarca las cavernas y ríos subterráneos desde Playa del Carmen a Tulum.@CarlosJoaquin y el @INAHmx reconocían su importancia. Luego se atravesó una embajada.
— Guillermo DChristy (@gchristy65) December 16, 2023
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Cabe mencionar que en los 43.3 kilómetros de longitud del Tramo 5 se ubican las selvas de Muyil y de Calakmul.
Además del daño ambiental, hay preocupación por la preservación de vestigios arqueológicos y el potencial daño a la barrera de coral, dado que el proyecto ferroviario impacta directamente en el patrimonio natural y cultural de la Península de Yucatán.
Y es que Sélvame del Tren ha documentado en el último año que alteraciones actuales han llevado a la deforestación, la degradación de hábitats de fauna silvestre, como el jaguar, y preocupación de posibles colapsos en el futuro.
Por ello, la crítica también alcanza a la falta de contrapesos políticos y la trivialización de la cultura maya por parte del gobierno, poniendo en evidencia la necesidad de un activismo informado y legal para mitigar estos daños al ecosistema.
Aunque la obra aún no está concluida y ha enfrentado numerosos amparos legales, el Tren Maya inició este 13 de diciembre con operaciones en su primer tramo, entre Campeche y Cancún.
Desde junio de 2020, cuando comenzaron las obras, su precio se ha cuadruplicado respecto a la estimación original, al pasar de 108 millones de pesos a más de 394 mil millones, según cifras del portal Expansión.
La polémica incluyó la tala de más de 10 millones de árboles de la Selva Maya, que es el segundo bosque tropical más grande de América Latina.
Además, el proyecto ha implicado expropiaciones pese a las promesas previas de no realizarlas.
Sin embargo, expertos y académicos como Ian Poot reconocen que el Tren Maya traerá beneficios potenciales en términos económicos y de conectividad para la región.
La obra contempla mil 554 kilómetros de vía para un tren turístico, así como para carga y pasajeros locales en los estados del sureste de México: Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
La finalización total del proyecto está prevista para febrero de 2024.