Con la temporada navideña a la vuelta de la esquina, las cocinas mexicanas se preparan para recibir platillos tradicionales. Entre ellos, los romeritos, un manjar arraigado en la gastronomía nacional que ha despertado la curiosidad sobre cuál es la mejor opción de mole para su acompañamiento, no sólo en términos de sabor, sino también de salud.
Los romeritos, quelites de la milpa mexicana, se han convertido en un ícono culinario, reconocidos por su aporte nutricional que incluye vitaminas A, C y K, ácido fólico, potasio y calcio. Este plato, usualmente preparado con mole poblano, camarones secos, papas y nopales, es una delicia que se disfruta durante las festividades decembrinas.
Históricamente, los romeritos han formado parte de la dieta mexicana desde tiempos prehispánicos, conocidos como “quilitl” por los antiguos habitantes, un alimento esencial en variados platillos de la época.
¿Qué mole recomienda Profeco?
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a través del Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor, llevó a cabo un estudio de 33 productos de mole en polvo y pasta, por lo que evaluó 10 moles, incluyendo rojos, negros, almendrados, con cacao o chocolate, así como uno con camarón.
Los resultados revelaron que el mole “El Sabor de Oaxaca” en presentación de 500g mostró la menor cantidad de grasa, alcanzando tan sólo un 2.8 por ciento, por lo que superó a otras marcas en su categoría y en el conjunto de moles analizados.
Además, la Profeco compartió una receta para elaborar mole desde cero, con los detalles de ingredientes necesarios y el proceso paso a paso para disfrutar de esta delicia en su versión casera.
Peores platillos del mundo
A pesar de su arraigo en la cultura gastronómica, los romeritos se han visto involucrados recientemente en una lista de “los 50 peores platillos del mundo” elaborada por Taste Atlas. Junto con dos preparaciones más de la cocina mexicana, los romeritos se ubicaron en el lugar 43, aunque en México siguen siendo altamente apreciados.
Aunque la polémica rodea a los romeritos en estas clasificaciones, su popularidad entre los comensales mexicanos no disminuye. Y para aquellos entusiastas que desean prepararlos en casa, se comparten consejos sobre cómo evitar que los romeritos queden secos, manteniendo su esencia y sabor característicos.
Este platillo, también conocido como “revoltijo”, se ha mantenido como un favorito a pesar de los cambios y clasificaciones. Su historia se remonta a las monjas coloniales, quienes idearon esta preparación económica utilizando romeritos, nopales, papas, mole y tortitas de camarón.
De dónde vienen los romeritos
La planta de romeritos, Suaeda edullis, endémica de México, se caracteriza por crecer en suelos salinos a ciertas altitudes, exhibiendo hojas suculentas y poco llamativas flores. Por lo que estos quelites provienen de una superficie de 406 hectáreas que se siembran en la Ciudad de México -alcaldías de Tláhuac y Xochimilco- y el Estado de México.
Se destacan por su presencia en platos tradicionales; una de las recetas tradicionales de romeritos incluye nopales, papas, mole, cacahuates y, como toque distintivo, tortitas de camarón, formando un plato cuyo aroma y sabor se mantienen arraigados en la identidad culinaria del país.
Los romeritos, originarios del centro de México y pertenecientes a los quelites, eran un alimento común durante la época prehispánica, acompañados de huevecillos de mosco acuático, de sabor similar al camarón.
Su consumo era habitual en ayunos previos a festividades aztecas, pero su relevancia decayó durante la Conquista al ser considerados maleza, para luego resurgir con fuerza en las cocinas conventuales de la Nueva España.
La controversia sobre su clasificación en listas internacionales contrasta con su arraigo local, manteniendo viva la tradición de los romeritos como parte esencial de las festividades navideñas y reflejo de la riqueza gastronómica de México.