Familiares y allegados de María Consuelo Loera Pérez, madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán” y abuela de los “Chapitos”, es velada este lunes en la comunidad de La Tuna, su pueblo natal ubicado en el municipio de Badiraguato, Sinaloa.
De acuerdo con información de El Sol de Sinaloa, luego de su muerte el cuerpo de la mujer salió de la capital sinaloense a la zona serrana por parte de una empresa funeraria cerca de las ocho de la noche, se desconoce si es velada en su casona.
Según trascendió, María Consuelo falleció alrededor de las 14:30 horas del domingo 10 de diciembre a los 94 años de edad en un hospital privado en Culiacán, esto luego de 20 días de haber sido internada para una operación de vesícula, según la AFP. Sin embargo, complicaciones que traía arrastrando desde su contagio de COVID-19 el año pasado desencadenaron su muerte.
Doña Consuelo, como le decían, fue bautizada por la Iglesia Apostólica de la Fe de Cristo Jesús en 1978; se prevé que su velorio gire en torno a las tradiciones cristianas, religión que profesaba.
Hasta el momento la comunidad se encuentra en una aparente calma, aunque se espera la movilización de una gran cantidad de personas para darle el último adiós a la matriarca de la familia Guzmán Loera.
La casa rosa, la mansión de la mamá de “El Chapo”
Se cree que los restos de María Consuelo Loera pudieran ser llevados a la casona de colores rosa y marrón que se levanta en la sierra y que fue hecha por sus hijos para ella. Se trata de la vivienda que fue construida para Consuelo Loera y que da la bienvenida a La Tuna.
Esta vivienda, de características rústicas y rodeada por grandes extensiones de naturaleza, incluye una capilla perteneciente a la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, aunque no se ha confirmado si cuenta con registro oficial como asociación religiosa en México. Consuelo Loera tuvo que abandonar la propiedad en junio de 2016 después de sufrir un ataque armado.
La propiedad, descrita como un caserón tipo hacienda, destaca por su simplicidad tanto en su exterior adornado por plantas, como en su interior, con espacios tales como una terraza con mobiliario de plástico y una cocina amplia pero básica. En cuanto a la capilla, según Felipe Agredano, teólogo que brindó información a medios estadounidenses en 2014, durante la guerra contra el narcotráfico no se restringía la entrada a pastores y feligreses. La madre de “El Chapo” y otros asistentes a los cultos debían seguir unas normas de comportamiento y vestimenta estrictas durante los servicios religiosos.
Los servicios religiosos en la capilla se caracterizan por la austeridad en el comportamiento y la indumentaria, acorde con los principios establecidos por doña Consuelo, que incluyen la prohibición de consumo de alcohol, no jurar y un código de vestimenta que distingue entre hombres y mujeres, los cuales deben abstenerse de portar oro o plata, aunque se permite el uso de un reloj modesto.