Ser asalariado implica que trabajas para un empleador y recibes un sueldo a cambio de tus servicios dentro de una relación laboral subordinada.
Bajo este régimen, el empleador retiene impuestos sobre la renta (ISR), aportaciones al Seguro Social, entre otros, de acuerdo con la legislación fiscal del país.
Los trabajadores asalariados tienen responsabilidades fiscales relacionadas con el SAT, como proporcionar la información necesaria a su empleador para efectos de retención de impuestos, como datos personales, número de registro fiscal, entre otros.
En México, los empleadores están obligados a retener impuestos sobre la renta de los salarios de sus empleados y realizar las declaraciones correspondientes ante el SAT. Los trabajadores asalariados suelen recibir un comprobante de nómina que detalla las retenciones fiscales realizadas por el empleador.
Aunque los trabajadores asalariados no tienen la obligación directa de presentar una declaración de impuestos si no tienen otros ingresos o deducciones específicas, es fundamental estar al tanto de las obligaciones fiscales que implica esta condición laboral, ya que pueden existir circunstancias particulares que requieran acciones adicionales o presentación de ciertos documentos ante el SAT.
¿En que condiciones se debe hacer declaración si eres asalariado?
El SAT emitió directrices claras sobre quiénes están obligados a presentar su declaración anual de impuestos y quiénes están exentos de esta obligación fiscal.
De acuerdo con las últimas indicaciones del SAT, aquellos ciudadanos que perciban ingresos superiores a 400 mil pesos al año deben presentar obligatoriamente su declaración anual. Esta regla se extiende a individuos que hayan tenido más de un empleo en el año fiscal, así como a aquellos que dejen de trabajar antes del 31 de diciembre del año correspondiente.
Además, el SAT enfatiza que si un trabajador solicita por escrito a su empleador que no presente su declaración anual, se convierte en su responsabilidad cumplir con este trámite ante la autoridad fiscal.
También se destaca que aquellos que hayan obtenido ingresos adicionales por alquileres, honorarios, inversiones o beneficios provenientes de jubilación, liquidación, pensión o indemnización laboral están obligados a presentar su declaración anual.
Por otro lado, el SAT ha identificado ciertas situaciones en las que los contribuyentes quedan exentos de presentar esta declaración. Esto incluye a los trabajadores que solo tienen un patrón y que, a través del Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) de nómina, demuestran que no deben impuestos.
Asimismo, aquellos individuos cuyos ingresos por salarios o intereses nominales no superen los 20 mil pesos provenientes de instituciones financieras del país están exentos de esta obligación tributaria.
Es importante que los contribuyentes estén al tanto de sus obligaciones fiscales, ya que el incumplimiento podría resultar en sanciones por parte del SAT. Se recomienda buscar asesoramiento profesional o consultar directamente con las autoridades fiscales para asegurarse de cumplir adecuadamente con las normativas vigentes.