En diciembre del 2022, la exsecretaria de Economía, Tatiana Cloutier, atrajo la atención de los medios de comunicación y público en general debido a que ratificó una denuncia en contra de Alfredo Jalife. Un año después, la Fiscalía General de Justicia de la Cuidad de México confirmó su detención llevando a que la exintegrante del gabinete de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) rompiera el silencio pero, ¿Quién es este personaje denunciado por difamación?
De acuerdo con lo expuesto por Tatiana Cloutier, acudió ante las autoridades de Nuevo León para denunciar al analista político por los delitos de “difamación, calumnias y lo que resulte”, luego de que el hoy imputado asegurara que la antes mencionada se había robado litio.
“El señor Jalife mintió asegurando que me robé el Litio de México y que le entregué el Estado Mexicano a los estadounidenses. Nunca he dañado, ni dañaré al Estado mexicano”, escribió en redes la exfuncionaria pública.
Derivado de este escándalo, muchos internautas se han preguntado quién es Alfredo Jalife-Rahme. Se trata de un analista político de 75 años de edad quien además es de origen mexicano y libanés. Si bien hoy su nombre ha cobrado relevancia por haber sido detenido por elementos de la Fiscalía de la Ciudad de México, también ha trascendido por el hecho de haberse desempeñado como Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Del mismo modo, Alfredo Jalife-Rahme es columnista del rotativo La Jornada, periódico en donde aborda temas de índole político, económico, sobre globalización e incluso de geopolítica, llevándolo a ser reconocido como una de las plumas más relevantes del país.
Además de ser catedrático, Jalife-Rahme ha publicado diversos libros entre los que destacan El fin de una era. Turbulencias en la globalización, lanzado al mercado en 2007; China irrumpe en Latinoamérica. ¿Dragón o panda? del 2012; Muerte de Pemex, suicidio de México del 2014 y Las guerras globales del agua. Privatización y fracking, escrito en 2015, por mencionar algunos.
Los escándalos en los que Alfredo Jalife ha estado involucrado
La primera vez que Alfredo Jalife llamó la atención de medios de comunicación nacionales fue en 1979 cuando fue fichado por la Dirección Federal de Seguridad. Entonces, con 30 años cumplidos, el catedrático de la denominada Máxima Casa de Estudios figuró en documentos clasificados en donde se incluyeron medidas para la “procuración de justicia por delitos cometidos contra personas relacionadas con movimientos sociales y políticos”.
Lo anterior se debe a que el hoy detenido fue señalado por prestar servicios de información confidencial a Luis Echeverría Álvarez, quien se desempeñaba como presidente de México; es decir, fungía como espía, una actividad que cobró relevancia en la década de los 70. Estudiosos del tema señalan al académico de dar información a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, sigla en inglés) sobre los miembros del clérigo que formaban parte de guerrillas.
Además de ser señalado como espía de Luis Echeverría, Alfredo Jalife fue calificado como espía de Lyndon Larouche, economista y político estadounidense que fue tildado como fascista y creador de desinformación.
Trató de ser parte activa de la política mexicana
Durante la década de los 80, Alfredo Jalife intentó afiliarse al Partido Acción Nacional (PAN); sin embargo, tras la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue que el catedrático vio una opción de inclusión en la política y con el tiempo, fue parte activa de la conformación de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Antes de la polémica con Tatiana Clouthier, Alfredo Jalife fue blanco de críticas e incluso fue señalado como una persona calumniadora, misógina y hasta violentador de mujeres a través de las redes sociales, motivo por el cual ha tenido que enfrentar juicios donde se incluyen aquellos que lo señalan por fraude y hasta un divorcio.
En 2017 la abogada Ivonne Carolina Flores Alcántara lo denunció por violencia de género, llevando a que la Defensoría de Derechos Universitarios de la UNAM reconociera de manera pública que el llamado “doctor” tenía actitudes misóginas pero por lo que se enfatizó que esto “no violaba derechos humanos ni menos que tuvieran que actuar conforme al protocolo de violencia de género”.