Sin duda las hormonas son un tema que empieza a cobrar relevancia, pues cada vez se revela más información sobre su función vital en la regulación de una gran cantidad de funciones en el organismo, sobre todo en el caso de las mujeres.
Y es por eso que hoy queremos hablar de una de ellas, cuya importancia es tal, que incluso hay quienes la llaman la hormona de la diosa, debido a su contribución para que el cuerpo de la mujer funcione de manera optima.
Pero quizá no hayas oídio hablar sobre ella debido a que su descubrimiento es bastante reciente, pues fue apenas en 2012 cuando fue identificada por investigadores de la Universidad de Harvard, quienes encontraron que esta hormona es clave tanto en la lucha contra la obesidad como en la protección ante enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer.
¿Por qué la irisina es vital para la perdida de peso?
Nombrada irisina en honor a la diosa griega Iris (razón por la cual se le conoce también como hormona de la diosa), ésta es generada por el tejido muscular como respuesta al ejercicio a partir del gen FNDC5.
La investigación que la dio a conocer, publicada en la Revista Nature Medicine, demostró que la hormona se producía en el músculo al realizar ejercicio y llegaba a través de la sangre al tejido adiposo “bueno” o grasa parda donde favorecía que éste consumiera calorías del tejido adiposo “malo” o grasa blanca.
Todo este proceso fomenta un aumento en el gasto energético y consumo de grasa, el cual persiste incluso después de terminar la actividad física, lo que contribuye a perder peso.
Es así que esta hormona participa en la generación de la llamada grasa parda, la cual, a su vez, contribuye a la quema de grasa blanca, la principal causante de la obesidad.
Estudios alternativos han denostado que personas con mayores cantidades de grasa parda suelen ser más delgadas que aquellos que no la tienen y es la irisina la encargada de generarla.
¿Cómo activar la irisina para quemar grasa y perder peso?
Al nacer nuestro cuerpo genera una gran cantidad de esta hormona; sin embargo, la producción se va reduciendo con el tiempo por lo que debemos aplicar mecanismos para activarla y que el cuerpo la vuelva a producir.
Debido a que es una hormona que se produce durante el ejercicio, realizar actividad física es vital para activarla. Por lo mismo, llevar una vida sedentaria disminuye su producción, lo que provoca el efecto contrario, es decir, ganancia de peso, pues el cuerpo no cuenta con ella para favorecer la quema de grasa.
Sin embargo, para que su activación sea efectiva se debe realizar una combinación de ejercicios, los cuáles deben ser los siguientes:
-Actividad moderada de resistencia aeróbica: natación, correr, saltar la cuerda
-Ejercicio de alta intensidad
-Ejercicio de fuerza que involucren músculos grandes
-Aplicación de frío: aunque puede sonar poco atractivo, aplicar frío al cuerpo puede ayudar a activar esta hormona. Si no puedes pagar costosos tratamientos de este estilo, bastará con colocar tu cuerpo bajo el chorro de agua fría durante algunos minutos al día.
Influencia de la Irisina en el metabolismo y neuroprotección
Pero, además, la función de la Irisina va más allá de su rol en el metabolismo pues además de producirse en el músculo, este péptido también en el cerebro, particularmente en el hipocampo, área relacionada con la memoria y aprendizaje.
Curiosamente, su producción disminuye en pacientes con demencia y Alzhéimer, mientras que la actividad física, especialmente la natación, ha demostrado elevar sus niveles y proteger la función neurológica.
En este sentido, el papel de la Irisina se extiende a la neuroprotección, ofreciendo esperanzas en la búsqueda de tratamientos para afecciones como el alzhéimer.
De esta manera el aumento de la actividad física resulta no solo fundamental en la regulación del peso sino también en la prevención y posible manejo de enfermedades metabólicas y neurodegenerativas, sugiriendo una conexión intrínseca entre la salud física y mental.