Luego de tres años, el Gobierno de México marcó el fin de la emergencia sanitaria por COVID-19 en mayo pasado. Esto gracias a una significativa reducción en el número de contagios, una baja demanda de camas hospitalarias y de pruebas diagnósticas.
Sin embargo, a unos cuantos días de que entre oficialmente la temporada invernal 2023 surge la incógnita acerca del comportamiento futuro del SARS-CoV-2, particularmente su posible conversión en una infección estacional similar a la influenza.
Y es que los casos de contagios en México habían mostrado un incremento alarmante durante los últimos tres fines e inicios de año, sugiriendo un patrón semejante al de otros virus respiratorios.
Samuel Ponce de León, experto en enfermedades infecciosas y líder del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pronosticó para el diario El País que, a pesar de la disminución de vigilancia epidemiológica y uso de pruebas, la transmisión del virus se intensificará en las próximas semanas, aumentando así la circulación del virus conjuntamente con la influenza y el virus sincitial respiratorio.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, actualmente en México se tienen registrados al menos 3 mil 558 casos activos; es decir, personas que presentaron síntomas en los últimos 7 días.
Pero la situación actual contrasta con los momentos críticos de enero de 2021 y 2022, cuando el país enfrentó picos de contagios y hospitalizaciones.
El SARS-CoV-2 ha demostrado ser un patógeno con capacidad para permanecer en la población a largo plazo. Con notables picos de contagio asociados a bajas temperaturas, por lo que es probable que el COVID-19 se establezca como una infección de carácter estacional.
Ponce de León señaló que la inmunidad adquirida, junto a la aplicación de más de 240 millones de vacunas en México, han creado una defensa significativa contra infecciones graves, aunque la vacunación sigue siendo una herramienta crucial, especialmente con la llegada de dosis bivalentes adaptadas a variantes como la ómicron.
Por ello, se espera que las variantes dominantes del virus, junto a la inmunidad de la población, reduzcan significativamente los casos graves en comparación con los años previos. Estas observaciones indican un cambio en la dinámica de la pandemia, con más del 90% de la población habiendo estado expuesta al virus, muchas veces de forma asintomática.
Cofepris autorizó la venta de vacunas de Pfizer y Moderna
Ante la polémica por la disponibilidad de vacunas actualizadas, La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) por fin autorizó este jueves la venta y comercialización de vacunas contra el COVID-19.
En un comunicado, la dependencia señaló que los laboratorios Pfizer y Moderna completaron el proceso de registro sanitario de sus biológicos: Comirnaty (Ómicron XBB. 1.5) y Spikevax (monovalente XBB.1.5), respectivamente.
Esto se produjo después de que un equipo multidisciplinario constatató que cumplían con los estándares de calidad, seguridad y eficacia requeridos.
Cofepris destacó el carácter transparente de este proceso, considerado “pionero en el mundo”, por ser parte de la transición de la Autorización de Uso de Emergencia hacia el Registro Sanitario para vacunas contra el virus.
Este anuncio representa un hito regulatorio y abre la puerta a que dichos biológicos puedan ser adquiridos por el sector privado y suministrados bajo supervisión médica, garantizando el acceso sin favorecer a ningún usuario en particular y sin la necesidad de intermediarios.
Sin embargo, la Comisión hizo un llamado a la población a considerar el riesgo-beneficio de cada fórmula y siguiendo siempre una recomendación médica estricta.
A su vez, se aclaró que la comercialización de estos biológicos no alterará la gratuidad de las que se incluyen dentro de la Política Nacional de Vacunación implementada por el Gobierno de México.