Al sur de Uruapan, Michoacán, existe un pequeño poblado con poco más de 32 mil habitantes y que en octubre de 2008 su nombre quedó grabado en la historia del futbol mexicano al ser partícipe de uno de los “datos curiosos” que tejen nexos entre el narco y el balompié: Los Mapaches de Nueva Italia, La Familia Michoacana y el América, son los otros tres protagonistas de esta historia.
A bordo de dos autobuses Mercedes Benz los chicos de entre 16 y 21 años llegaron a las instalaciones del Club América en Coapa, al sur de la Ciudad de México, con ellos venían utileros, masajistas, su director técnico y el dueño del equipo, Wenseslao Álvarez, alias “El Wencho”.
El encuentro se disputó sin contratiempos, del marcador pocos se acuerdan -pero fue 4-0 a favor del América- pues al finalizar el partido todo el equipo de los Mapaches de Nueva Italia fue llevado a las instalaciones del Ministerio Público por elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI).
Después de horas de interrogatorios sólo siete personas permanecieron en calidad de detenidos, incluido Wenseslao Álvarez, a quien las autoridades identificaron como líder de plaza de La Familia Michoacana.
“Metíamos goles y nos daba dinero”, dijo el futbolista Ángel Sepúlveda años después en una entrevista con El País en alusión a “El Wancho”.
En casa del América inició la caída
Después de aquella dolorosa goliza y tras el arresto del dueño del plantel, los Mapaches de Nueva Italia comenzaron su declive hasta su inminente desaparición.
Cuando ocurrió la detención el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y la Procuraduría General de la República (PGR) ya habían identificado a “El Wancho” como integrante de La Familia Michoacana y de Los Zetas.
Ante esta advertencia se cuestionó a la Federación Mexicana de Futbol (FMF) por dejar pasar el nombre de Wenseslao Álvarez en sus filtros para adquirir una franquicia del futbol mexicano. La respuesta fue que los Mapaches de Nueva Italia estaban registrados a nombre de la empresa Nobaro, dedicada a la venta y exportación de aguacates y con negocios en el sector del transporte de carga.
A billetazos para incentivar a sus jugadores y buscar refuerzos en otras entidades del país, “El Wancho” logró el ascenso de los Mapaches en 2007, un gusto que le duró poco pues tras su arresto el equipo perdió su principal patrocinio hasta que la FMF le puso fin a la franquicia.
Apenas unos días después la FMF comunicó que la temporada 2008-2009 de la segunda división sería como si los Mapaches de Nueva Italia no hubieran jugado, no hubieran marcado un sólo gol, no sumaron ningún punto y no se hubieran enfrentado al América en su último juego.
Líder de La Familia Michoacana: de la casa del América a EEUU
Su sueño como dueño de un equipo de futbol lo acompañó con actividades criminales al servicio de Los Zetas, con quienes contrabandeaba drogas a través de la frontera con Texas; con La Familia Michoacana, coordinaba los envíos de cocaína desde Colombia a México y después a los estados de Atlanta y Georgia.
Al momento de su arresto en Coapa, “El Wancho” enfrentaba cargos en México por delincuencia organizada y lavado de dinero; así como un juicio por tráfico de drogas.
Pese a que el narco era requerido por la Corte del Distrito Norte de Georgia para enjuiciarlo por asociación delictuosa, delitos contra la salud y lavado de dinero, su extradición no se realizó hasta 2017, cuando se agotaron todos sus recursos legales y la PGR lo entregó.
A unos días del encuentro, la FMF anunció la desafiliación de Fidel Ortega Vargas, Salomón Luna Comino, Fernando Barrifa Romero, Norasto Barrera Ortega y Miriam del Carmen Zamora Cabrera; además de Wenseslao Álvarez, el narco de La Familia Michoacana que pudo presumir que se enfrentó al América.