“La navidad, ya llegara, trayendo a todos paz y celebridad”, es una de las frases más comunes en México por la celebración del 25 de diciembre, pues es de las más esperadas por los connacionales.
En la cultura mexicana, además del popular arbolito de Navidad y las decoraciones con guirnaldas, son imprescindibles los nacimientos. Estos son representaciones de la escena en el pesebre, que se ponen desde el 16 de diciembre y se guardan el 2 de febrero cuando termina la temporada navideña. La figura del Niño Jesús solo se pone el 24 de diciembre en la noche, lo cual representa el día del nacimiento.
Sin embargo, ¿te has preguntado cómo fue que la Navidad llegó a ser parte de la cultura mexicana? A esto, la historia data desde la conquista española en 1521, tras la introducción de la religión católica y por ende la celebración del nacimiento del niño dios.
El inicio de la navidad en México
La Navidad llegó a la cultura mexicana con la llegada de los españoles en el siglo XVI. Siguiendo la tradición católica, los colonizadores introdujeron la celebración del nacimiento de Jesucristo. La adopción de estas tradiciones religiosas se combinó con las costumbres y prácticas prehispánicas existentes en la región, lo que dio lugar a una serie de festividades y ritos únicos.
Con la evangelización de los pueblos indígenas, se instauraron las Misas de Aguinaldo, que más tarde evolucionaron a las Posadas, representaciones de la búsqueda de posada de María y José en Belén, que tienen lugar durante los nueve días antes de la Navidad. En ellas, se mezclan cánticos, oraciones, piñatas y festividades comunitarias.
Elementos como la Nochebuena (Poinsettia), originaria de México y utilizada para decorar durante esta temporada, y las pastorelas, obras teatrales que narran el viaje de los pastores para ver al niño Jesús, son ejemplos de cómo se ha configurado la Navidad en México con una identidad particular, fusionando la religión católica con ingredientes autóctonos.
La gastronomía también cobra un papel importante, con platillos como los tamales, el bacalao a la vizcaína y los romeritos disfrutados tradicionalmente en estas fechas, así como las bebidas típicas como el ponche navideño. Con el paso del tiempo, la celebración de la Navidad ha continuado evolucionando, incorporando nuevos elementos y tradiciones, pero siempre manteniendo ese característico sello mexicano.
Las posadas son una tradición muy importante de la cultura mexicana. Estas celebraciones inician 9 días antes de la Navidad, aproximadamente a mitad del mes de diciembre. En ellas se hace una representación del recorrido que San José y la Virgen María que hicieron hasta Belén buscando un lugar para hospedarse antes del nacimiento del Niño Jesús.
Durante la procesión, los participantes encienden velas y cantan villancicos, y finalizan el recorrido en la casa de uno de los participantes, la cual se ha elegido con anticipación (cada noche es en una casa diferente).
La celebración puede ser pequeña o familiar, también puede incluir vecinos y amigos. En algunos lugares como Veracruz, los niños hacen una versión similar a las posadas que se conoce como “Las Ramas”, llevando altares decorados llenos de ramas, figuras de la Virgen y San José y juguetes, mientras cantan villancicos, y piden dinero para los aguinaldos.
Las piñatas son uno de los símbolos más representativos de México, y en Navidad nunca pueden faltar. Se dice que la tradicional piñata fue introducida por los frailes españoles durante sus esfuerzos de evangelización, en los que la piñata con una forma de estrella de 7 picos representa los 7 pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. De esta, forma al romperla, se vence al pecado y los dulces demuestran la recompensa por la voluntad, la virtud y la fe.