Faltan mujeres en consejos de administración empresariales: ¿Qué les impide llegar a puestos de toma de decisiones?

Sólo el 11 o 12 por ciento de las empresas mexicanas tiene a una mujer en puestos determinantes

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20 universidades presentaron el libro ‘Participación de las mujeres en los consejos de administración’. Foto: Olivia Vázquez Herrera
20 universidades presentaron el libro ‘Participación de las mujeres en los consejos de administración’. Foto: Olivia Vázquez Herrera

En México, aproximadamente entre el 11 y 12 por ciento de las empresas tienen a una mujer al frente de sus consejos de administración, lo que llevó a las mejores universidades del país a cuestionarse por qué es tan baja la participación femenina en los espacios importantes para la toma de decisiones.

Esta pregunta dio pie a una investigación de poco más de dos años que finalmente se materializó en el libro ‘Participación de las mujeres en los consejos de administración’, el cual busca brindar un panorama amplio sobre las barreras a las que se enfrentan las mujeres que aspiran a escalar jerárquicamente en sus organizaciones pero, además, ofrecer una serie de alternativas a esta problemática.

“Vemos todos los días la falta de representación (...) Es necesario que las mujeres estén en puestos directivos y en la toma de decisiones”, aseguró Ana María Ponce de León, de la consultoría Mendel, aliada en la publicación del libro que cuenta con la participación de instituciones como la Universidad Panamericana, la Universidad Anáhuac, la Iberoamericana, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) e IPADE Business School, entre otras.

Las dificultades que tienen las mujeres que buscan llegar a los consejos administrativos

En pleno siglo XXI, en las empresas aún hay resistencia de algunos hombres para que los espacios que implican toma de decisiones sean abiertos a una mujer; además, la formación que las personas traen desde casa es también un factor importante, pues mientras que a los hombres “se les consiente”, a las mujeres se les prepara para que salgan a luchar en un mundo dominado por el género masculino.

Y, aunque pareciera no sonar lógico, hay ocasiones en que las propias mujeres son las que se ponen esas barreras, fenómeno conocido como el “techo de cemento”, que no es más que la sobreexigencia al momento de considerar pasar a otro nivel jerárquico.

“Las mujeres al ver una convocatoria no se postulan hasta cumplir el 100 por ciento de los requisitos, mientras que los hombres, con que tengan la mitad, se postulan (...) la maternidad, por ejemplo es otro factor, pues las mujeres son las cuidadoras más importantes en México, entonces se debe fomentar el apoyo a la paternidad, para que se equilibren las tareas de cuidados y crianza”, a fin de que las mujeres puedan tener oportunidad de aspirar a un cargo directivo, explicó Diana Dávila de la Universidad Anáhuac.

¿Qué estudiaron las mujeres que han llegado a liderar un consejo de administración?

Durante la investigación conjunta, que también fue realizada con apoyo de las consultorías Mendel y Deloitte, se encontró que las mujeres que actualmente se encuentran en un consejo, no sólo hay administradoras y financieras, sino que las abogadas, arquitectas e ingenieras y hasta emprendedoras han podido llegar a espacios de toma de decisiones en las empresas.

Por ello, el papel de las universidades es importante, pues desde las aulas es necesario incentivar los talentos y competencias de las mujeres, no solo en estas profesiones, sino en todas las que ofertan académicamente, porque si bien la cuota de género que se ha tratado de implementar en todos los sectores de la sociedad ayuda, se tiene que dar un paso más adelante y motivar a que las aspirantes se sientan competitivas y capaces.

“La mujer debe creérsela, que tiene el talento y la competencia suficiente para llegar a esos puestos (...) se les debe impulsar desde las universidades”, señaló Ana María Díaz, investigadora del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Pero no sólo en las universidades recae esta responsabilidad de empoderar a las mujeres, pues se trata de una problemática social que debe dejar de ser vista como un problema privado que deben resolver las empresas o las escuelas. Es imperativo que desde el gobierno se abra la conversación para que los intentos no sólo queden en promover cuotas de género en espacios de toma de decisiones, pues México todavía está lejos de países europeos o incluso de América Latina -como Brasil, Panamá o Costa Rica- en los que más allá de cumplir con un número representativo, ya seleccionan a las mujeres por sus competencias y no sólo por su género.

“Lo que se necesita son empresas más justas y solidarias”, coincidieron Cristina Huerta del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana, Rocío Aguilar del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM y Diana Dávila de la Universidad Anáhuac.

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