Así era la casa de los Beltrán Leyva donde grabaron la telenovela ‘Cadenas de Amargura’

La trama de una telenovela puede ser apasionante, pero cuando la realidad se entrelaza con el mundo del espectáculo y el narcotráfico alcanza niveles inimaginables. La producción de Cadenas de Amargura fue mucho más que un éxito televisivo: tras su brillo en pantalla se escondía una conexión siniestra con el crimen organizado.

A pesar de que la historia estaba ambientada en el estado de Guanajuato, su locación para las grabaciones estaba ubicada en la Ciudad de México, en Aureliano Rivera 17, en San Ángel Inn. Esta telenovela emblemática de Televisa fue grabada en terrenos que resultaron ser propiedad del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

En ese sitio, que suele ser muy visitado por el turismo extranjero, se encuentra El Zacatito, la casa que prestó su fachada al laureado melodrama de la televisora de San Ángel. Pero su nombre e importancia volvió a cobrar gran relevancia años después, cuando en 2008 fueron detenidos integrantes del Cártel de Sinaloa.

Cadenas de Amargura fue protagonizada por Daniela Castro y Raúl Araiza, con las actuaciones antagónicas de Diana Bracho, Cynthia Klitbo, Hilda Aguirre y Alexis Ayala, contó con las actuaciones estelares de Delia Casanova, Fernando Luján, Tina Romero y Aurora Molina.

Este personaje, lejos de ser solo una figura en las sombras del crimen organizado, tuvo una relación directa con el mundo de la farándula y, en particular, con Televisa, de acuerdo a reportes publicados en la revista Proceso. Su aliado clave fue Guillermo Francisco Ocaña Pradal, conocido como Memo Ocaña, quien se vio implicado en presuntas actividades de lavado de dinero para Héctor Beltrán Leyva a través de empresas vinculadas al mundo del entretenimiento.

La historia entre Ocaña, los Beltrán Leyva y Televisa parece extraída de un guion de telenovela. Desde sus inicios como actor infantil en 1968 hasta su incursión en fotonovelas como Cita y Chicas en 1990, Ocaña estuvo inmerso en el mundo del espectáculo. Su ascenso en los círculos de la farándula se cruzó con el destino cuando conoció a Clara Elena Laborín Archuleta, pareja sentimental de El H.

La relación de Ocaña con la farándula y Televisa facilitó el ingreso de Beltrán Leyva al mundo del entretenimiento, representando a diversas celebridades, con sus agencias, como Alejandra Guzmán, Juan Gabriel y Tania Libertad. El periódico Reforma reveló que Ocaña, a pesar de las sospechas sobre sus vínculos con los Beltrán Leyva, organizó una opulenta fiesta en Acapulco en 2010, con más de 600 invitados, incluyendo celebridades, para recaudar fondos contra el VIH.

El trasfondo oscuro se extendió más allá de México, cuando Ocaña se estableció en España, siendo un engranaje fundamental en la colocación de fondos a través de empresas ficticias. Montó sociedades en Barcelona para lavar grandes sumas de dinero, siguiendo un patrón similar al que empleaba en México.

El espacio, abarcando una superficie de 7,000 pies cuadrados y asentado en un terreno de 9,150 pies cuadrados, alberga cuatro amplias habitaciones y cuatro baños completos. Este lugar no se limita a eso: incluye una zona de estar, una cocina totalmente equipada, un comedor, una acogedora sala, una biblioteca, una bodega para vinos, un cuarto de servicio con baño privado, un área de lavandería y un garaje con capacidad para cuatro vehículos, entre otras estancias.

La suite principal no solo presenta una chimenea, sino también un amplio vestidor, un área de descanso y un lujoso baño equipado con jacuzzi para disfrutar de momentos de relajación. En el exterior, se despliegan exuberantes jardines de verdor exquisito, resaltados por una impresionante fuente en su centro, añadiendo encanto y serenidad a este entorno.