La expansión de los cárteles del narcotráfico, además del impacto que ha tenido en materia de seguridad y salud pública, ha propiciado el surgimiento de una “narcocultura”.
Reflexiones compartidas por Deborah Bonello en su reciente libro Narcas: the secret rise of women in Latin America’s cartels señalan que en lugares como Sinaloa los líderes criminales son percibidos por la población como arquetipos.
En medio de una cultura patriarcal, muchos hombres aspiran a parecerse a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, mientras que Emma Coronel es un modelo a seguir para una cantidad importante de mujeres jóvenes. En este contexto, la estética buchona se ha convertido en el estándar de belleza para un sector de la sociedad.
“Aquí está en nuestras raíces [...] Es algo muy arraigado [...] La cirugía es algo que te satisface, que te llena, que te gusta”, contó una mujer a la periodista durante una visita a Culiacán en febrero de 2021. En su testimonio quedó evidencia de la forma en que Emma Coronel es percibida como el punto máximo de la belleza femenina.
Para tener una apariencia similar a la de la pareja del ‘Chapo’ —puesta en libertad el pasado 13 de septiembre—, son comunes los procedimientos como liposucciones, implantes de senos, inyección de bótox, entre muchos otros.
Debido a la popularidad de las cirugías, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha identificado una proliferación de establecimientos clandestinos que, a cambio de cuantiosas sumas de dinero, ofrecen a sus pacientes los cambios corporales que desean.
En marzo de 2022, la joven Leslie Paulina Ramírez García fue víctima de uno de estos procedimientos realizados sin autorización oficial.
El 9 de febrero, Paulina —de 25 años de edad— acudió al establecimiento que llevaba por nombre Centro de Diagnóstico y Especialidades, en la esquina de las calles Revolución y boulevard Francisco I. Madero, colonia Miguel Hidalgo.
Ahí, la joven fue operada por Amayrani Adilene Rodríguez Pérez, quien realizaba intervenciones quirúrgicas sin contar con ninguna especialidad en cirugía plástica, ya que sólo estaba titulada como médico general.
Horas después de haber sido sometida a una miniliposucción, Paulina tuvo algunos malestares. Acudió a la “clínica” en donde fue operada, pero sólo le recetaron suero y pastillas para el dolor, acorde con reportes de la prensa local.
Las complicaciones de la cirugía provocaron que Paulina fuera internada en el Hospital Regional número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El 1 de marzo, Amayrani Rodríguez se comunicó con uno de los familiares para devolverle los 45 mil pesos que había cobrado por la operación. Dos días más tarde, Paulina murió por un choque séptico debido a las lesiones en el páncreas e intestinos causadas durante el procedimiento.
Leslie Paulina era estudiante de la Universidad Autónoma de Sinaloa, estaba próxima a graduarse de la carrera de Derecho y tenía una hija de ocho años —en ese entonces—. Además de sus aspiraciones profesionales, entre sus mayores deseos estaba parecerse a Emma Coronel.
Amayrani Rodríguez fue detenida el 12 de agosto de 2022 y presentada ante un juez de control. Las autoridades la acusaron inicialmente de los delitos de homicidio y responsabilidad profesional —usurpación de profesión—.
Los cargos fueron modificados posteriormente por el de homicidio involuntario y le otorgaron la libertad bajo fianza, según reportó Telemundo. Como parte de su proceso penal se tenía programada una audiencia en noviembre de 2022, pero hasta la fecha se desconoce el rumbo que tomó el caso, así como la situación jurídica de Rodríguez Pérez.