2008 fue uno de los años más difíciles en México en cuestión de seguridad tras la separación de los Beltrán Leyva del Cártel de Sinaloa debido a una serie de malentendidos y la fría relación entre los primos Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y Arturo.
La gota que derramó el vaso fue cuando se registró la captura de Alfredo Beltrán Leyva, ‘El Mochomo’, el menor de ‘Los Tres Caballeros’, debido a que era el consentido de ‘El Botas Blancas’ y afirmaba que Guzmán lo había entregado a las autoridades.
El originario de Badiraguato sintió que su vida y la de su familia corría peligro, por lo que se reunió con mandos de la Sedena para ofrecerles una importante suma de dinero para que capturaran a ‘El Jefe’.
“Alex Cifuentes narró que ‘El Chapo’ Guzmán pagó entre 10 y 12 millones de dólares al Ejército para que atraparan a su primo Arturo, vivo o muerto”, escribió Anabel Hernández en su libro.
Marco Arturo tuvo una reunión con varias personas que había reclutado para que asesinara a ‘El Chapo’ y su gente, pero no se esperó que entre los presentes había informantes que filtraron sus intensiones.
Además, los sobornos por protección a los distintos mandos tuvieron que incrementarlos debido a que en las corporaciones había personas afines a los Beltrán Leyva, quienes en los diferentes enfrentamientos fueron cayendo, tal y como ocurrió el 30 de abril del 2008 cuando el Cártel del Pacífico asesinó a cuatro sicarios tras un enfrentamiento en las afueras de Culiacán.
De los cuatro muertos, dos de ellos fueron identificados como elementos de la Policía Estatal, de acuerdo con declaraciones de ‘Vicentillo’ en su diario entregado a Anabel.
Por su parte, su socio Ismael Zambada García aseguraba que la organización delictiva solamente trabajaba para el Gobierno debido a que gran parte de sus ganancias se iban en el pago de protección, así como sobornos a los funcionarios.
“Ha llegado a ser tan costoso el precio de sobornos a funcionarios públicos, desde el presidente hasta abajo, que ‘El Mayo’ se ha quejado que a fin de cuentas trabaja para el Gobierno”, le lee en la obra de la también periodista.
Ejecución de Arturo Beltrán Leyva
El 16 de diciembre de 2009, la carrera criminal de ‘El Barbas’ llegó a su fin tras ser abatido por elementos de la Armada de México cuando se encontraba al interior de un domicilio cerca del centro de Cuernavaca.
Junto con él, cuatro hombres que trabajaban como sus sicarios también fueron acribillados, de los cuales uno de ellos se quitó la vida para evitar su aprehensión, según datos de las autoridades.
De los tres hermanos, el único que sigue vivo es Alfredo Beltrán Leyva, quien está en la prisión ADX Florence de Estados Unidos, pagando una condena de cadena perpetua tras ser extraditado en 2014.