Cuáles son los libros predilectos de ‘Los Chapitos’ que les sirven como “inspiración”

Según Dámaso López Serrano, las lecturas que realizan los hijos del “Chapo” Guzmán tienen que ver con temas de poder y control

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Los Chapitos están considerados por
Los Chapitos están considerados por EEUU como la organización de tráfico de fentanilo más peligrosa del mundo. (Infobae)

La facción de Los Chapitos estuvo liderada, hasta principios de enero, por Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, Joaquín y Ovidio Guzmán, identificados por ser los descendientes del capo sinaloense Joaquín “El Chapo” Guzmán. Ninguno de ellos concluyó estudios superiores, pero han recurrido a libros cuyo contenido intentan aplicar en sus negocios criminales.

De acuerdo con Dámaso López Serrano (un exintegrante del Cártel de Sinaloa conocido como “El Mini Lic”), Los Chapitos han mostrado interés por lecturas que tengan que ver con el poder y la guerra, según dio a conocer en una entrevista que le concedió a la periodista Anabel Hernández que fue publicada en Milenio.

Entre 2005 y 2017, López Serrano se desempeñó como miembro de alto rango del Cártel de Sinaloa. Durante ese tiempo conoció a los hijos de “El Chapo”, con quienes sostuvo una relación de colaboradores en un principio, gracias a la unión que había con su padre, Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”.

Aunque posteriormente tomaron rumbos diferentes y la unión se convirtió en enemistad, “El Mini Lic” dialogó en varias ocasiones con Los Chapitos e intercambiaron pensamientos sobre las series de televisión que veían o los libros que solían consultar.

El arte de la guerra
El arte de la guerra es uno de los libros predilectos de Los Chapitos, según Mini Lic (Foto: Archivo)

“A ellos les gusta leer libros que tengan que ver con poder, con guerra, con control”, respondió el narcotraficante de 35 años sobre las lecturas que realizaban los hijos de Guzmán Loera. En la entrevista relató que entre ellos se recomendaban lecturas que hablaran sobre dichos temas.

Particularmente mencionó dos títulos. Uno es El arte de la guerra, escrito por Sun Tzu. Se trata de un libro de estrategia militar que tiene más de dos mil años de antigüedad. Es considerado como un clásico, pues se presume que sirvió de inspiración a Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y demás personajes históricos.

El segundo libro citado por “El Mini Lic” es uno mucho más reciente: Las 48 leyes del poder, del psicólogo estadounidense Robert Greene. La primera publicación de este título se realizó en 1998 y en poco tiempo se convirtió en un best seller. Con ejemplos de Maquiavelo y otros grandes estrategas, el autor hace un recorrido histórico de tres mil años para analizar las distintas manifestaciones del control y poder.

Aunque los ejemplos de López Serrano se limitaron a esos dos títulos, señaló que Los Chapitos también solían ver películas y series de televisión a modo de “inspiración” para cometer ciertos crímenes.

Dámaso López Serrano se convirtió
Dámaso López Serrano se convirtió en uno de los principales testigos en EEUU contra Los Chapitos. (X/@LuisKuryaki)

Entre los productos audiovisuales se encontraba la serie de Pablo Escobar, el famoso capo del Cártel de Medellín. En uno de los episodios, recuerda Serrano, el narcotraficante de Colombia lanzaba a unas personas desde una avioneta, escena que le llamó la atención y se la comentó a Iván Archivaldo, sin saber que miembros de su facción la replicarían años después.

“Yo una vez lo comenté sin querer. Y dice Iván ‘¿cómo se verán cuando caen?’. Resulta que a los años, cuando nos confrontamos en 2017, me lanzan cuerpos desde una avioneta en mi pueblo. Dicen que estaban vivos. Los lanzaron la gente de Los Chapitos, ahí en El Dorado (Culiacán)”, recuerda.

De acuerdo con Serrano, Ovidio y Joaquín son los únicos que llegaron hasta estudios universitarios, pero eso no implicó que se alejaran de los negocios ilícitos de su padre. Mientras que el primer de ellos fue extraditado a Estados Unidos el pasado mes de septiembre, sus hermanastros Iván y Jesús son buscados por las autoridades de dicho país. Por cada uno de ellos, el Departamento de Estado ofrece una recompensa de hasta USD 10 millones a cambio de información que lleve a su captura.

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