Para muchos, las canas son sinónimo de madurez, de experiencia, sabiduría y respeto, aunque también son vistas como un fenómeno aesthetic cuya intención es camuflar esos mechones grises con un efecto más artístico.
Al igual que las manchas en la piel, las arrugas o líneas de expresión en la cara, son reflejo del imparable paso de los años; la aparición de las canas en el cabello hacen ver a las personas más avejentada, deteriorada o bien conservada y moderna, lo cual dependerá de cómo visualizan las personas ante la mirada de los demás.
Factores que las propician
Existen diferentes factores que pueden anticipar su aparición:
- Factores genéticos (hereditarios). La genética de nuestros padres o abuelos puede influir en la aparición de canas. Existen patologías genéticas que las provocan como el síndrome de Waanderburg, las canas aparecen agrupadas en mechones.
- Enfermedades como el hipotiroidismo o el vitíligo.
- El estilo de vida.
- Una alimentación deficitaria por carecer de vitamina B12 (anemia perniciosa) o de antioxidantes, como el hierro, cobre o zinc.
- El consumo de tóxicos como el tabaco, el alcohol o ciertos medicamentos.
- Estrés continuo, en las que el cuerpo se reserva la energía para garantizar las funciones de supervivencia vital y prescinde de la producción de melanina, lo que conlleva a una caída brusca de pelo o efluvio telógeno, que le confiere mayor visibilidad, de ahí que, durante y tras la pandemia, se hicieron más notorias.
- El abuso del secador, las planchas, tintes inadecuados u otros productos químicos que puedan dañar el pelo y el cuero cabelludo.
- Una higiene no adecuada a nuestro tipo de cabello o el uso de agua muy caliente.
Cómo evitarlas
— Evitar el estrés realizando técnicas de relajación, como el yoga, o cualquier deporte que nos ayude a liberar tensiones.
— Llevar una alimentación sana.
— Utilizar champús y productos para el cabello que contengan dopacromo tautomerasa, una enzima antioxidante que ayuda a reforzar los melanocitos.