En Acapulco, la devastación dejada a raíz del paso del Huracán “Otis” continúa generando desafíos en la prestación de servicios esenciales, destacando especialmente la aguda escasez de agua potable. Aproximadamente 20 días después del impacto del huracán de categoría 5, la población aún se enfrenta a dificultades en los servicios básicos para retomar sus actividades cotidianas.
Aunque las autoridades gubernamentales alegan que el 65% de los hogares en Acapulco tiene acceso a agua potable, la realidad en el terreno presenta una imagen diferente. En áreas como la colonia Garita, los residentes se ven obligados a buscar soluciones alternativas, aprovechando pequeños manantiales y depósitos improvisados para abastecerse de agua.
Algunos han implementado lavaderos temporales en espacios públicos, utilizando elementos como cubetas y tambores, mientras que algunos otros han tenido que recurrir a los ríos cercanos o fuentes de agua entre sus zonas de vivienda para poder realizar sus actividades cotidianas.
A pesar de los esfuerzos continuos de los gobiernos municipales, estatal y federal, así como de diversas entidades y empresas, la escasez de agua persiste como uno de los problemas más necesarios a solucionar.
Daños aún presentes
La noche del 24 de octubre, el Huracán “Otis” impactó en Acapulco, destruyendo gran parte de la infraestructura urbana y generando una urgente necesidad de restaurar los servicios básicos.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, ha implementado un operativo de limpieza en la costera Miguel Alemán para estimular la reactivación económica. Sin embargo, la población se enfrenta no solo a la falta de agua, sino también al temor de epidemias, en particular el dengue.
El director de Salud municipal, Aniceto Leguizamo Dimas, ha advertido sobre el riesgo inminente de un aumento de casos de dengue en Acapulco. Hasta septiembre, se confirmaron 170 casos, y se anticipa un repunte durante noviembre, convirtiéndose en un nuevo problema para la salud de los pobladores debido a la nueva amenaza de salud para la cual, por el momento, aún no se cuenta con un plan de apoyo.
Leguizamo Dimas insta a los ciudadanos a permitir las fumigaciones y la colocación de abate, dado que las condiciones actuales, con acumulación de basura en las calles, propician la proliferación del mosquito transmisor del dengue.
Acapulco se encuentra en una situación crítica, donde la desesperación por la escasez de servicios esenciales se combina con la inquietud ante la amenaza de enfermedades. A pesar de los esfuerzos en curso, los habitantes siguen persistiendo en sus demandas al mencionar que los apoyos recibidos no han sido suficientes para todos.