Francisco Torres Carranza, alias ‘El Duranguillo’, fue sentenciado a 65 años y tres meses de prisión por siete delitos, incluidos homicidio calificado, delincuencia organizada y acopio de armas de fuego.
Junto con él también recibieron condena sus cómplices Ausencio Aboyte González, Jesús Artemio Espinoza Martínez y Juan Carlos Sánchez Chávez, cada uno a 18 años y tres meses de cárcel.
‘El Duranguillo’ era considerado el líder del brazo armado Los Cazadores, anteriormente vinculado al Cártel de Sinaloa, en el estado de Sonora.
Su captura el 2 de julio de 2022 desató un enfrentamiento que quedó marcado como uno de los episodios de violencia más memorables en la entidad, pues 15 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) resistieron el ataque de 60 sicarios a las afueras de una tienda Oxxo.
De acuerdo con la reconstrucción de los hechos compartidos por la Fiscalía General de la República (FGR), ‘El Duranguillo’ fue ubicado por miembros de la Sedena cuando patrullaban sobre la carretera de Santa Ana-Caborca, en Sonora. Ahí recibieron el reporte de que había sujetos armados a bordo de una camioneta RAM color negro.
El teniente a cargo del operativo identificó el vehículo, ordenó su detención y aprehendió a los individuos. ‘El Duranguillo’ y sus compañeros, al notar la presencia de los uniformados, pidieron refuerzos. “Aguanten, ya vamos por ustedes”, les respondieron durante la llamada.
Ante la advertida llegada de más sicarios, el teniente y su escuadrón se atrincheraron frente a un Oxxo, cortaron la circulación en la carretera y colocaron a los detenidos en el suelo.
El personal de la tienda de conveniencia se resguardó en el establecimiento y la vialidad quedó desierta. Minutos después llegaron cinco camionetas con sicarios para tratar de liberar al ‘Duranguillo’.
El líder criminal trató de negociar con los castrenses y les ofreció 10 millones de pesos a cambio de que lo soltaran. Mientras tanto, los pistoleros que acudieron en su auxilio amenazaron con descargar sus armas. “¡Pues nos morimos todos!”, respondió el teniente de la Sedena.
Cuando los comandos bajo el mando de Los Chapitos vieron que a lo lejos se acercaban los refuerzos militares iniciaron los disparos. Al ser en su mayoría jóvenes sin adiestramiento, soltaron ráfagas sin control, mientras que los agentes federales respondían con tiros para disuadir la agresión.
La confrontación duró alrededor de cinco minutos. En ese lapso, el sargento de la Sedena que estaba presente recibió una bala que le perforó la costilla. Cuando cesó el fuego, un paramédico trató de auxiliarlo, pero ya no había nada que hacer. Por su parte, el Cártel de Sinaloa también tuvo una baja.