Así fue el mayor enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva donde ‘El Chapo’ perdió a 21 hombres

La brutal emboscada ocurrió en un paraje entre Tubutama y Saric, Sonora, meses después de la ruptura entre ambos cárteles

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Las camionetas del Cártel de Sinaloa quedaron completamente devastadas por los disparos. (Especial)
Las camionetas del Cártel de Sinaloa quedaron completamente devastadas por los disparos. (Especial)

La madrugada del 1 de julio de 2010, un convoy de casi 100 hombres del Cártel de Sinaloa acechaba los escondites de sus rivales en Sonora. Buscaban a Arnoldo del Cid Buelna, alias ‘El Gilo’, un narcotraficante aliado en ese entonces a Los Zetas y los Beltrán Leyva.

Con 20 camionetas repletas de sicarios, el comando de Gente Nueva —bajo las órdenes de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán— pretendía sorprender a los contrarios y reventar sus casas de seguridad. Sin embargo, en el camino se encontraron con la muerte.

Un escuadrón de 50 vehículos de los Beltrán Leyva los emboscó y protagonizo uno de los episodios más violentos en la historia del estado, recordado por la población como “la balacera de Tubutama”.

El enfrentamiento ocurrió en un paraje conocido como La Reforma, sobre la carretera que conecta a los municipios de Tubutama y Sáric alrededor de las cuatro de la mañana.

Alrededor de 50 camionetas de los Beltrán Leyva encabezaron la emboscada.(Especial)
Alrededor de 50 camionetas de los Beltrán Leyva encabezaron la emboscada.(Especial)

Las ‘X’ con las que los sicarios de Gente Nueva marcaban sus vehículos funcionaron como blanco de disparo para las armas de los Beltrán Leyva. Las pocas fotografías públicas sobre la escena muestran los vidrios, neumáticos y carrocerías de las camionetas completamente devastadas por las balas.

José Larrinaga Talamantes, procurador de justicia de Sonora en ese entonces, reconoció que las autoridades recibieron el reporte sobre este hecho hasta horas después, ya que ocurrió en una zona rural sin habitantes.

Los datos sobre la duración del enfrentamiento son imprecisos debido al hermetismo de las autoridades, pues existen versiones que aseguran que se extendió poco más de dos horas, aunque testigos citados por la prensa en ese año denunciaron que fueron hasta nueve horas.

Los cuerpos de los sicarios de Gente Nueva quedaron tirados en el monte. (Especial)
Los cuerpos de los sicarios de Gente Nueva quedaron tirados en el monte. (Especial)

Un testigo protegido de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) reveló en su declaración ministerial de febrero de 2011 —recuperada por Contralínea— que el operativo del Cártel de Sinaloa estuvo a cargo de Félix Adolfo Jáuregui Meza, alias ‘El Paletero’; César Villagrana Salazar, alias ‘El Placas’; Raúl Sabori Cisneros, alias ‘El Negro’; y Édgar Romeo Reséndiz Holguín, alias ‘El Navajas’.

Sin embargo, cuando se percataron de la emboscada de los Beltrán Leyva, los hombres del ‘Paletero’ y del ‘Negro’ huyeron de ahí y abandonaron al resto.

Los datos oficiales proporcionados por la Procuraduría de Sonora y ratificados posteriormente por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) detallan que ese día murieron 21 personas. Según el Ejército, todas las víctimas eran sicarios del Cártel de Sinaloa, incluido Reséndiz Holguín.

Las confesiones del excolaborador de Gente Nueva, cuyo nombre clave era ‘Victoria’, señalaron que ‘El Navajas’ tenía el apoyo del Mayor del Ejército Luis Heriberto Jiménez Juárez, a quien conocía con el apodo de ‘El Califas’.

Todas las víctimas mortales fueron sicarios del Cártel de Sinaloa, según información del Ejército. (Especial)
Todas las víctimas mortales fueron sicarios del Cártel de Sinaloa, según información del Ejército. (Especial)

Tras la ruptura del Cártel de Sinaloa con los Beltrán Leyva, ‘El Califas’ le filtraba información a ‘El Navajas’ sobre las casas de seguridad de Los Zetas y ‘La Mochomera’, como se conocía a los sicarios de Alfredo Beltrán Leyva.

Otro testigo, identificado como ‘Zenya’, dijo que la amistad entre ‘El Navajas’ y el militar era tan profunda que al percatarse de su muerte en la balacera de Tubutama, el castrense se emborrachó hasta romper en llanto en una de las propiedades del cabecilla criminal.

Jiménez Juárez y otro exmiembro del Ejército —el sargento Pedro Casillas— fueron sentenciados a 25 años de cárcel en junio de 2015 por sus nexos con el grupo de Gente Nueva.

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