Quién fue Valente Quintana, el ‘Sherlock Holmes mexicano’ que fue elogiado por ‘El Ciudadano Kane’ de la vida real

El detective originario de Tamaulipas incluso fue llamado para investigar el magnicidio de Álvaro Obregón

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Valente Quintana fue un destacado detective mexicano que se solía disfrazar para atrapar a delincuentes en las primeras décadas del siglo XX (Foto: Infobae México)
Valente Quintana fue un destacado detective mexicano que se solía disfrazar para atrapar a delincuentes en las primeras décadas del siglo XX (Foto: Infobae México)

La historia del detective Valente Quintana está llena de mitos que marcaron su carrera en las primeras décadas del siglo XX. Era un hombre esbelto y bien parecido que gracias a sus habilidades de investigación se ganó el apodo de “El Sherlock Holmes mexicano”. Pero a diferencia del personaje ficticio de Arthur Donan Coyle que resuelve casos policiales en la literatura, el mexicano lo hacía en el México posrevolucionario.

Quintana nació en el estado fronterizo de Tamaulipas en 1890. Según su propio testimonio —retomado por el autor Benjamin T. Smith en su libro La Droga: la verdadera historia del narcotráfico en México—, cuando concluyó la primaria cruzó la frontera y llegó a Estados Unidos (EEUU), donde vivió una experiencia que marcaría el inicio de su trayectoria.

Cuando se encontraba en Brownsville, Texas, Quintana fue acusado de robo por el dueño de una tienda de abarrotes. Para probar su inocencia, el mexicano inició una búsqueda con sus propios recursos para dar con los verdaderos responsables. Al cabo de unos días logró identificar al ladrón gracias a su pericia.

Luego de haber limpiado su nombre, la Escuela de Detectives de EEUU (Detectives School of America) se interesó por las aptitudes de Quintana, quien pese a su corta edad mostraba dotes de investigador. Fue así como se convirtió en un alumno de dicha institución e incluso le ofrecieron ser comandante de grupo.

Entre los logros de Valente destacaba la creación la primera Compañía de Policía Femenil (Foto: Fototeca Nacional INAH)
Entre los logros de Valente destacaba la creación la primera Compañía de Policía Femenil (Foto: Fototeca Nacional INAH)

Sin embargo, para ello debía renunciar a su nacionalidad mexicana, requisito que Quintana no aceptó. Fue así como a sus 27 años de edad decidió regresar a su país natal. En 1917, Quintana llegó a lo que ahora se conoce como la Ciudad de México (CDMX) y se unió a las fuerzas policiales. A partir de ese año, el tamaulipeco le siguió los pasos a los criminales de más alto perfil, por lo que se hizo acreedor de una fama que se veía reflejada en los titulares de la prensa local.

“Se infiltraba en el bajo mundo, por lo regular disfrazado, y se enteraba de chismes que le permitían resolver casos y atrapar a delincuentes destacados”, describe Benjamin T. Smith.

El nacimiento de la mítica figura

Cuatro años después, Quintana protagonizó su primer golpe contra el crimen. En 1921 logró detener a una banda de ladrones de ferrocarriles que eran buscados por las autoridades debido a un atraco en Laredo en el que sustrajeron cerca de 100 mil pesos en oro y plata. Gracias a ello fue ascendido a la jefatura de las Comisiones de Seguridad de la Inspección General de Policías del entonces Distrito Federal.

Los casos resueltos por Quintana por lo regular eran retomados por la prensa local, la cual fomentó a que se generara una figura mítica en torno a su persona debido a su capacidad de deducción, al grado de bautizarlo como El Sherlock Holmes mexicano.

Valente Quintana fue reconocido por William Randolph Hearst, el magnate estadounidense que inspiró "El Ciudadano Kane" (Foto: Fototeca Nacional INAH)
Valente Quintana fue reconocido por William Randolph Hearst, el magnate estadounidense que inspiró "El Ciudadano Kane" (Foto: Fototeca Nacional INAH)

Sus métodos para resolver crímenes y detener a delincuentes eran atípicos. Ejemplo de ello es cuando en una ocasión estacionó un lujoso vehículo en calles de la capital a modo de “carnada”. La idea era llamar la atención de las personas que se dedicaban al robo de automóviles. Para ello, colocó pintura en las llantas del carro para que dejara una marca en el pavimento cuando fuera sustraído. De esa manera fue como siguió las huellas y detuvo a los responsables.

Los logros de Quintana no sólo eran reconocidos en México, sino también en EEUU. Reportes de El Universal indican que un día recibió 87 periódicos por parte de William Randolph Hearst, considerado como uno de los fundadores de la “prensa amarilla” o “periodismo senacionalista” que llegó a poseer un cenit empresarial de 28 periódicos.

Además de su formación como periodista, Hearst se hizo acreedor de una millonaria fortuna, la cual se veía reflejada en su fastuosa mansión ubicada en San Simeón, California. La vida del magnate estadounidense fue la inspiración de “El Ciudadano Kane”, el primer largometraje homónimo del cineasta Orson Welles.

Los periódicos que Hearst le envió a Quintana eran una clase de “homenaje” dedicado al detective mexicano debido al éxito que tuvo con el caso de Clara Phillips, apodada como “La tigresa del martillo”. Esta mujer estadounidense era conocida por haber matado a su amante a martillazos. Luego de cometer el crimen, huyó a México, por lo que autoridades del país vecino le pidieron ayuda a Quintana.

Al saber que el tamaulipeco le seguía los pasos, Clara se trasladó a Guatemala y posteriormente a Honduras, donde finalmente fue detenida por Quintana. Esto generó que se hiciera más popular la imagen del mexicano en la prensa nacional e internacional.

Valente Quintana fue ingresado a la cárcel de Belén en dos ocasiones (Foto: Archivo)
Valente Quintana fue ingresado a la cárcel de Belén en dos ocasiones (Foto: Archivo)

Quintana va a la cárcel

Luego de una serie de reconocimientos, en marzo de 1925 la vida de Quintana dio un giro inesperado. Fue ingresado a la cárcel de Belén por una denuncia de Víctor Castillo, alias ‘El raja pescuezos”, quien lo acusó de supuestamente matar a Teodoro Camarena, jefe de una pandilla de criminales que había sido desmantelada por el tamaulipeco en 1921.

El periódico El Universal fue el que el retomó estos hechos y dio cuenta de su aprehensión. Al cabo de una semana, Quintana recuperó su libertad ante la falta de pruebas, pero seis días después fue ingresado nuevamente a la cárcel por presuntamente traficar sombreros de Panamá. Una vez más, salió libre de cargos.

No obstante, parte de su reputación se vio afectada por su estancia tras las rejas. Para esa época, Valente había dejado su cargo en la Inspección de Policía y se dedicaba a fabricar refrescos de apio.

Retrato de Álvaro Obregón por José de León Toral (Foto: Wiki Commons)
Retrato de Álvaro Obregón por José de León Toral (Foto: Wiki Commons)

Asesinato de Álvaro Obregón

El General Álvaro Obregón fue asesinado el 17 de julio de 1928 en el restaurante La Bombilla, ubicado en la capital. Luego de haber dirigido el país entre 1920 y 1924, contendió nuevamente por la presidencia en los comicios de 1928. Fue entonces cuando un hombre identificado como José de León Toral acabó con su vida.

El impacto que ocasionó el asesinato de Obregón llevó a que solicitaran la ayuda de Quintana para investigar el magnicidio. Los únicos datos que el detective sabía del asesino eran sus iniciales “J.L.T”.

Como parte de las indagatorias, Valente ingresó a la cárcel de Belén “disfrazado” de un preso y se adentró a la celda de Toral. Bajo una falsa identidad, logró sacarle información al detenido y supo que se trataba de José de León, aunque en un principio éste se identificaba como Juan.

Además, tuvo conocimiento que Concepción de la Llata, mejor conocida como “la Madre Conchita”, había sido la autora intelectual del crimen.

Luego de investigar el magnicidio de Obregón, Quintana se desempeñó como Inspector General de Policía del Distrito Federal, cargo que le encomendó el entonces presidente Emilio Portes Gil. Posteriormente se hizo cargo del Buefete Nacional de Investigaciones que fundó en 1926.

(Foto: Fototeca Nacional INAH)
(Foto: Fototeca Nacional INAH)

Paso a la ficción

En una entrevista que publicó El Universal Ilustrado en 1925 se supo que Quintana era crítico con las películas policiacas que se filmaban tanto en México como en EEUU, ya que consideraba que eran como un aprendizaje para los delincuentes. Pese a ello y de manera irónica, su vida inspiró guiones para largometrajes.

El cineasta Zacarías Gómez Urquiza dirigió dos películas en 1953 llamadas El Mensaje de la Muerte y El Misterio del Carro Express, las cuales estaban basadas en la trayectoria y las investigaciones realizadas por Quintana.

En cuanto al ámbito literario, su figura sirvió de inspiración para Valentín Herrera, policía investigador que aparece en la obra Ensayo de un crimen, del escritor Rodolfo Usigli. Lo mismo sucedió con Filiberto García, personaje de El Complot mongol, libro de Rafael Bernal.

¿Alianza con delincuentes?

El autor Benjamin T. Smith menciona en el libro citado que Quintana presuntamente mantenía nexos con traficantes de drogas de la capital, a quienes brindaba protección, según el testimonio de algunos de sus colaboradores.

“El principal aliado de los traficantes era el jefe de la policía capitalina, Valente Quintana”

“Tras arrestar a un ladrón estadounidense armado que estaba huyendo de la justicia de su país, lo apodaron El Sherlock Holmes mexicano. Y fue un apodo muy perspicaz. Aunque suponía que hacía alusión a las habilidades de investigación de Quintana, quizá también era un guiño consciente hacia su interés por las drogas duras. Holmes se las inyectaba; Quintana las traficaba”, menciona Smith.

Se presume que Quintana tenía una buena relación con los periódicos mexicanos, los cuales no solían publicar notas negativas sobre el tamaulipeco, pese a los señalamientos en su contra.

“Durante meses, Quintana logró zafarse del incesante rocío de acusaciones, pues sobornaba a los principales periódicos del país, quienes no publicaban nada en su contra”, se detalla.

Sin nexos comprobados con los traficantes, la muerte le llegó a Quintana en 1969. A más de cinco décadas de su deceso, es recordado como uno de los detectives más destacados de México.

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