A más de un año del hackeo y filtración de cinco terabytes de información de la Fiscalía General de Colombia ―que contiene más de siete millones de correos electrónicos entre dependencias de dicho país y otros―, el proyecto Narco Files: El Nuevo Orden Criminal ha salido a la luz. La investigación contó con la participación de más de 40 medios de América y Europa, y en ella se da cuenta, entre otras cosas, de la expansión del Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la nación sudamericana.
Aunque la relación entre cárteles de droga mexicanos y grupos criminales de Colombia tiene décadas de haber iniciado, la investigación dada a conocer el 6 de noviembre ―y en la que Infobae Argentina participó―, señala que, durante los últimos años, el Cártel de Sinaloa y el CJNG han tomado más control en el negocio de la cocaína en dicho país.
De acuerdo con Univisión, uno de los medios que fueron participes de la creación de Narco Files, un punto clave en la consolidación de la alianza de México y Colombia para el tráfico de drogas fue Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien en los años 80 comenzó a negociar con grupos criminales colombianos.
Los documentos hackeados por el grupo ‘Guacamaya’ revelan que, en 2007, el exlíder del Cártel de Sinaloa logró acuerdos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para expandir su control en dicho país, a la par de Los Zetas. Sin embargo, pocos años después, un nuevo grupo empezó a tener presencia en Sudamérica: el cártel de las cuatro letras.
Para 2012 y 2014, el esquema del tráfico de cocaína hacia México cambió, fortaleciendo a ambos cárteles mexicanos. La organizaciones lideradas por Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Nemesio Oseguera Cervantes ahora se encargan de dirigir directamente las operaciones en Colombia y otros países sudamericanos.
Alianzas, la clave de su expansión
Colombia ha sido un país clave para las actividades de los cárteles mexicanos por una razón: junto a Perú y Bolivia, son uno de los principales productores de cocaína a nivel internacional.
Por su parte, las organizaciones criminales colombianas requieren mantener relación con el CDS y el CJNG debido a que ellos se encargan de la exportación de la droga hacia Estados Unidos y otros países del mundo.
Sin embargo, el nivel de intervención de los grupos criminales colombianos en el transporte de la droga es cada vez menor. Según refirió el exgeneral de la Policía de Colombia, Oscar Naranjo, a Univisión, las organizaciones delictivas de dicho país comenzaron a delegar su participación ante el temor de ser acusados e investigados por las autoridades de Estados Unidos.
Los documentos filtrados de la Fiscalía General de Colombia lo confirman, al evidenciar que el envío de drogas en narcosubmarinos está dependiendo cada vez más de los mexicanos.
Ahora, el CDS y el CJNG buscan tener el control de la cadena de producción de la cocaína, desde la plantación hasta la distribución internacional, lo que los ha impulsado a negociar con todo tipo de grupos criminales y organizaciones tanto de derecha como de izquierda; e incluso entre ellos mismos.
Cárteles mexicanos cultivan en Colombia
Una de las regiones afectadas por esta expansión es Tibú, un municipio ubicado al nordeste del país y colindante a la frontera con Venezuela.
Su alcalde, Nelson Leal López, detalló a Univisión que “los mexicanos” ya no quieren limitarse a comprar la cocaína, regresar a su país y comenzar a traficar la droga. Ahora quieren ser “los dueños de la tierra”, refirió. Además, acusó a los cárteles de entrar directamente a cultivar.
Pero eso no es todo. Además de su alianza con diversos grupos locales, ambos cárteles sostiene vínculo con sus principales homólogos colombianos, como el de Medellín y Cali.
Cabe recordar que, en julio de 2023, la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), señaló que la expansión del Cártel de Sinaloa ha alcanzado a más de 100 países, en los que cuentan con al menos 26 mil miembros, asociados y facilitadores. Por su parte, las autoridades estadounidenses han identificado que el CJNG también han consolidado su negocio a través de 18 mil 800 miembros repartidos en un centenar de naciones.