El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA) fue creado durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) para ser utilizado para que la deuda privada de la banca comercial pasara a ser pública.
Sin embargo, fue hasta 1995, cuando Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) hizo uso del mismo luego de la inminente crisis económica de 1994. En la mañanera de hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador retomó el tema.
Contexto de su uso
Derivado de la crisis económica de 1994 que generó una devaluación de casi 300% del peso mexicano frente al dólar, alta inflación, que a su vez provocó escasez de capital de los bancos, debido a los intereses altos y la crisis en la actividad comercial, lo que provocó que miles de empresas se declararan en banca rota, afectando con ello a la población del país.
Ante tal panorama, el titular del Ejecutivo, en ese entonces, optó por hacer uso del FOBAPROA -creado años atrás- para hacer frente a la situación. Su labor se basó en el “rescate” de pagarés de capitalización mediante la intervención de los bancos por 552 mil millones de pesos equivalentes al 15.8 del Producto Interno Bruto (PIB) de aquel entonces.
Inexplicablemente, Zedillo Ponce de León, solicitó al Congreso que el rescate bancario sea pagado por todos los mexicanos a lo largo de cuando menos dos generaciones; el FOBAPROA no rescató a los deudores de la banca, particulares y empresarios, quienes debían cada vez mayores cantidades por el cobro de intereses sobre intereses.
El gobierno prefirió rescatar a los bancos, en particular a un grupo selecto de banqueros, a los que entregó recursos en efectivo, compró carteras de crédito vencidas y firmó como aval bonos de capitalización.
Deuda eterna
Aquellos trabajadores y contribuyentes menores de 30 años están pagando dicho rescate bancario, decretado como deuda pública el 12 de diciembre de 1998, cuando muchos de ellos ni nacían o tenía menos de siete años.
Especialistas calculan que el FOBAPROA se seguirá pagando durante los próximos setenta años, ya que aún se deben 901 mil 700 millones de pesos, a ellos se añaden 45 mil 579 millones de pesos por el programa de apoyo a deudores, pese a que el pago correspondiente a intereses ha quedado saldado; en suma 1.2 billones de pesos.
En decir, si dividimos 1.1 entre el total de mexicanos, que de acuerdo con el último censo de población del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) son 126 millones 014 mil 024 los habitantes del país, por persona tendríamos que pagar 9 mil 523.80 pesos.