La madrugada del 25 de octubre, el huracán Otis arrasó con todo a su paso en la costa de Guerrero. Hasta el 28 de octubre habían sido destruidas más de cuatro mil 750 hectáreas de construcción, según datos proporcionados por el programa Copernicus de la Comisión Europea mediante la observación satelital del estado.
Un total de 47 municipios fueron declarados en situación de desastre natural por la Coordinadora Nacional de Protección Civil (CNPC) debido a las lluvias, inundaciones y ráfagas de viento que acabaron con los caminos y las edificaciones.
Sin embargo, hay una demarcación que desde antes de que Otis tocara tierra ya había sufrido una brutal devastación, pero a manos del crimen organizado. Se trata del municipio de General Heliodoro Castillo.
El alcalde en funciones es Serafín Hernández Landa, pero quien determina el rumbo de la vida de la población, mediante la violencia, son los hermanos José Alfredo y Johnny Hurtado Olascoaga, líderes de La Familia Michoacana.
Desde finales de 2022, habitantes de la localidad de Nuevo Poblado “El Caracol”, en el municipio referido, denunciaron que sicarios de La FM, como se hace llamar este grupo criminal, los amenazaron para que no salieran de sus casas.
Luego, el 3 de mayo de 2023, sicarios de este cártel utilizaron drones para lanzar seis bombas en contra de la comunidad, lo que obligó a la mitad de los habitantes a refugiarse en la comunidad de Tlacotepec. Cinco días después, la Familia Michoacana detonó otros 11 explosivos contra los hombres que se habían quedado en “El Caracol”.
Las familias regresaron a sus hogares semanas después, pero los bombardeos de los hermanos Hurtado Olascoaga volvieron en agosto.
Tan solo el día 13 de aquel mes, pobladores denunciaron la explosión de 30 bombas en su comunidad. Dos semanas después, entre el 26 y el 27 de agosto, La Familia Michoacana usó sus drones para lanzar al menos otros 20 artefactos explosivos en “El Caracol”.
Aunque la estructura delictiva que está asentada en Heliodoro Castillo es el grupo de Los Tlacos, la Familia Michoacana se ha empeñado en apoderarse del territorio para arrebatarle el control de las minas y del negocio de la madera, pues se presume que Los Tlacos son quienes están al mando de la deforestación y venta de este recurso a los empresarios.
Frente el abandono de los tres niveles de gobierno y el acecho incesante de La Familia Michoacana, cerca de mil 500 habitantes de Heliodoro Castillo y el municipio de San Miguel Totolapan se levantaron en armas y conformaron el grupo de autodefensas “Pueblos Unidos por la Paz”.
Heliodoro Castillo se convirtió en uno de los 47 municipios devastados por el fenómeno meteorológico y no hay un pronóstico sobre la situación de seguridad a la que se enfrentaría la población una vez que puedan recuperarse del huracán.