Entre los miles de miembros que el Cártel de Sinaloa poseyó en su momento de mayor apogeo, destaca un equipo que servía especialmente a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Se trata de un escuadrón que cumplían con el resguardo y protección del capo sinaloense y que estaba compuesto principalmente de desertores de las Fuerzas Armadas de México.
Tras su primera detención, ‘El Chapo’ comenzó a darle más atención a su seguridad personal. Ello fue evidente después de protagonizar un escape de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, ocurrida el 18 de enero del 2001. A partir de entonces y hasta su captura definitiva, al capo siempre se le vio acompañado de exintegrantes del Ejército a los que directamente convenció de unirse o que fueron recomendados por terceros.
No obstante, según refiere una investigación de Reforma, Guzmán Loera sumó los primeros militares a las filas del Cártel de Sinaloa a finales de los años 80. La idea surgió mientras operaba en Compostela, Nayarit, donde entabló amistad con Julián Venegas; un político local que a su vez le presentó integrantes de la Décima Tercera Zona Militar del estado.
Se presume que Guzmán Loera fue responsable de reclutar a al menos una decena de militares, algunos de los cuales pertenecieron al desaparecido Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE’s).
Algunos de los nombres de los exmilitares que sirvieron a Guzmán Loera fueron dados a conocer por uno de sus excolaboradores, quien fungió como testigo protegido ante las autoridades de Estados Unidos. Otros tantos fueron identificados directamente por las autoridades mexicanas.
Manuel Alejandro Aponte Gómez, ‘El Bravo’
Aponte Gómez nació el 10 de diciembre de 1974 en Chilpancingo, Guerrero. Se presume que conoció a ‘El Chapo’ cuando estaba adscrito a la Séptima Compañía de Infantería no Encuadrada en Culiacán, Sinaloa, después de la primera fuga del narcotraficante.
Tras conocer a Guzmán Loera, El Bravo abandonó su lugar en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y se sumó al equipo personal de ‘El Chapo’, convirtiéndose rápidamente en uno de sus hombres de mayor confianza.
De acuerdo con los reportes, Aponte Gómez trabajo para el capo por más de una década. En marzo de 2012 circuló la noticia de que había sido acribillado durante un enfrentamiento con la Marina, pero su muerte nunca fue confirmada por las autoridades.
Dos años más tarde, en abril de 2014, la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJ) de Sinaloa informó que El Bravo oficialmente había perdido la vida. Su cuerpo se encontró junto a otros de sus socios en la comunidad de Los Tanques.
Carlos Manuel Hoo Ramírez, ‘El Condor’
Otro exintegrante de las Fuerzas Armadas que se ganó la confianza de ‘El Chapo’ fue Carlos Hoo Ramírez. Además de ser su escolta, El Cóndor, también fungió como su secretario.
El hombre fue detenido el 22 de febrero de 2014, el mismo día que Guzmán Loera fue aprehendido por segunda ocasión en un hotel de Mazatlán, Sinaloa.
Según refieren datos de la Procuraduría General de la República (PGR), El Cóndor fue sentenciado a 10 años de cárcel y el pago de una multa de 250 días de salario en 2017, tras ser encontrado culpable del delito de delincuencia organizada.
El subteniente Antonio Mendoza Cruz
En 1993, ‘El Chapo’ se vio involucrado en una balacera con sicarios de los Arellano Félix que tuvo lugar en Tijuana, Baja California. Sin embargo, la intervención de Antonio Mendoza Cruz, un subteniente, le salvó la vida.
El hombre fue detenido en el mismo año junto a Guzmán Loera, pero, a diferencia de su entonces jefe, salió tres años después, en febrero de 1996.
Su libertad duró poco. El 21 de marzo de 1999 volvió a ser víctima de la justicia tras ser recapturado en Zapopan, Jalisco.
Otros hombres que fueron identificados como parte del equipo del narcotraficantes son Edgar Manuel López Osorio, alias El Picudo (también detenido); Mario Hidalgo Argüello, El Nariz (sentenciado en EEUU); Eduardo Moreno, El Teniente Hormiga; Adrián Pérez Meléndez; Jesús Castro Pantoja El Chabelo; y Juan Mauro Palomares Melchor, El Acuario.