Tenía tres días en su nuevo trabajo cuando Otis lo dejó atrapado en un barco en Acapulco y murió: “En el mar encontraba la paz”

El joven de 27 años era egresado de la carrera de Piloto Naval de la Náutica Mercante de Veracruz y soñaba con convertirse en capitán

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Andrés comenzó a trabajar en
Andrés comenzó a trabajar en el yate Aca Rey para adquirir experiencia laboral (Cortesía de la familia)

Fue gracias a un tatuaje en forma de tortuga marina que su familia pudo encontrar a José Andrés Soberano, el joven de 27 años cuya búsqueda se había vuelto viral en redes sociales. Al día siguiente del paso del huracán Otis su familia quiso pensar que no se reportaba debido a la falta de señal, pero conforme las horas pasaban,y se sabía cada vez más de la destrucción que había dejado Otis a su paso, comenzaron a preocuparse.

Después de dos días no saber nada de él, y sin éxito en su búsqueda por medio de redes, decidieron tomar su carro y viajar desde Puebla hasta Acapulco. Pensaban encontrarlo en un hospital o en algún albergue, quizá con algunas heridas pero a salvo; sin embargo, nunca llegaron a ninguno de esos lugares, pues antes de poder buscarlo ahí, lo encontraron en el último lugar donde hubieran deseado hacerlo: en uno de los Semefos de la costera.

“Buscamos en el Semefo solo para descartar, no esperábamos encontrarlo ahí”, cuenta su hermano, Alex Soberano, para Infobae México. “Nos preguntaron señas de él y cuando les comentamos sobre sus tatuajes ellos mismos comenzaron a describirlo, entonces supimos que era él”.

Una de sus grandes pasiones
Una de sus grandes pasiones siempre había sido navegar aunque también era amante del futbol (Cortesía de la familia)

Un tatuaje de una A con unas flores en el brazo izquierdo y el tatuaje de una tortuga marina en el brazo derecho fueron las señales que los llevaron a localizarlo. La tortuga marina sería sin duda un símbolo de su amor por el mar, al cual deseaba dedicar su vida entera, y que lo llevo a aceptar un trabajo como guardia en la embarcación Aca Rey, dedicada a realizar viajes turísticos en la ciudad de Acapulco.

Pero lo que pensó que sería un paso más en su sueño de convertirse en capitán de un barco terminó en pesadilla cuando, a penas tres días después de haber empezado a trabajar en dicha embarcación, se topó con la furia de un huracán que solo dejo desolación y devastación a su paso.

“La oferta del trabajo le llegó por medio de un amigo suyo que trabajaba ahí, pero que iba a dejar su puesto, por lo que le dijo que sino quería tomarlo y él aceptó para hacer experiencia para su currículum mientras realizaba los trámites de su titulación”, cuenta su hermano.

Fotografía de Andrés cuando apenas
Fotografía de Andrés cuando apenas era un niño (Cortesía de la familia)

El sueño de ser marino

Y es que Andrés era egresado de la Náutica Mercante de Veracruz donde estudió para convertirse en Piloto Naval. Y esa era una de sus grandes metas: convertirse en el capitán de su propio barco y poder navegar hacia el horizonte.

“Ese sueño le nació por un primo de mi papá que estudió lo mismo y ya era capitán. El capitán David Reynolds era todo para mi hermano, era su modelo a seguir y deseaba algún día poder ser como él”, comenta el joven.

Según cuenta su hermano, Andrés no dejaba pasar ninguna oportunidad para subirse a una embarcación. “Cada oportunidad que él tenía la aprovechaba, yo creo que ahí encontraba cierta paz, cierta tranquilidad. Yo creo que el mar le transmitía algo y a él le gustaba mucho estar ahí porque en nuestro grupo de whats de familia siempre nos mandaba fotos de los barcos en los que estaba y nos contaba si estaba haciendo mantenimiento o realizando alguna operación”, cuenta Alex, quien es dos años menor que Andrés.

Andrés portando su uniforme de
Andrés portando su uniforme de marino (Cortesía de la familia)

Nadie imaginó que sería justo en una de sus amadas embarcaciones donde Andrés pasaría sus últimos momentos, tratando quizá de ser el capitán que siempre deseo, y luchando contra la tempestad, al igual que muchos otros marinos que se encontraban en la misma situación y que, a diferencia de él, aún se encuentran desaparecidos.

“Encontrarlo en el Semefo fue desafortunado, pero afortunado también porque al menos pudimos encontrarlo. Sabemos que hay mucha gente que sigue buscando a sus familias. Cuando llegamos ahí nos dijeron que tenían 41 cuerpos y que solo habían reclamado a 17, a los demás nadie los había venido a buscar”, explica Alex.

La última vez que su familia tuvo contacto con él fue dos días después de que Andrés llegó a Acapulco. Por medio de una videollamada el joven les contó que había llegado bien y que se encontraba emocionado por su nuevo trabajo. Después de eso la última que supo algo de él fue su novia, con quien intercambiaba mensajes de whatsapp.

“Ese día él le escribió que habría una tormenta, pero no se imaginaba que sería algo tan fuerte, no sabemos que fue lo que paso en ese momento”, comenta.

El mar fue un lugar
El mar fue un lugar donde siempre se sintió en paz (Cortesía de la familia)

Y es así como, a siete días del pasó de uno de los huracanes más destructivos que han pisado tierras mexicanas, el gobierno reporta apenas 48 muertos, aunque se sabe que la cifra podría ser mucho mayor y donde, el evento meteorológico que paso de ser una tormenta tropical a convertirse en un huracán categoría 5 en menos de 24 horas, es ya en una de las peores catástrofes ocurridas en el famoso puerto de Acapulco.

Y más allá de ser una cifra más, Andrés era el hermano, el hijo, el amigo, el novio de alguien.

“El era de esas personas con las que siempre quieres estar porque te hacen sentir bien. Le gustaba hacer amigos, era muy simpático, la gente siempre lo buscaba para salir, para platicar, amaba la convivencia social. Era de esas personas que no conoces, pero en cinco minutos ya te estaba hablando y que siempre se preocupaba por los demás y que siempre preguntaba como estás”, asegura su hermano.

Andrés con su familia quienes
Andrés con su familia quienes los buscaron durante varios días antes de lograr encontrarlo (Cortesía de la familia)

“Yo me quedo con los buenos recuerdos. Desde que se mudó a Veracruz no lo veíamos mucho por eso valoraba mucho esas reuniones familiares donde nos reíamos y pasábamos tiempo juntos. Eso es con lo que yo me quedo y con todas las muestras de amor que hemos recibido de personas extrañas y de sus amigos. Nos han escrito amigos de él de toda la republica y en su escuela le hicieron un homenaje, estamos muy agradecidos de saber que tanta gente lo quería”, expresa Alex.

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