En qué momento la gente comenzó a comer el pan de muerto

Este postre no siempre ha sido la insignia de las fiestas de Día de Muertos en México

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El pan de muerto se vende en cualquier momento a finales de año, pero los nahuas tienen una concepción diferente y ritual (Foto: especial)
El pan de muerto se vende en cualquier momento a finales de año, pero los nahuas tienen una concepción diferente y ritual (Foto: especial)

Actualmente es posible conseguir pan de muerto en tiendas y panaderías desde septiembre o incluso antes, por lo que se puede degustar en cualquier momento de finales de año, pero una de las razones por las que los mexicanos comen este postre tiene un significado específico más allá del hambre o el antojo.

Se puede considerar que el pan de muerto tiene raíces prehispánicas, pero no se ofrecía a los seres queridos que ya fallecieron en una época del año, si no que se les ofrendaba a los dioses. El corazón de un guerrero era extraído y envuelto en semillas de amaranto en un acto pagano.

Por otra parte, los panes que se elaboraban con forma de huesos de muerto —con motivo del Día de todos los santos— se realizaban en los reinos católicos de León, Aragón y Castilla, mientras que en México las monjas de Santa Clara y San Lorenzo creaban alfeñiques.

Los alfeñiques no eran para todas las clases sociales (Foto: Cuartoscuro)
Los alfeñiques no eran para todas las clases sociales (Foto: Cuartoscuro)

Sin embargo, estos dulces de masa con azúcar sólo podían ser adquiridos por personas de alto nivel económico, el resto de la población comía otro tipo de postres, de acuerdo con Antonio García Cubas en El libro de mis recuerdos, publicado en 1904.

¿Y en qué momento los vivos comen el pan de muerto?

Actualmente, los panes de muerto se colocan en alguno de los primeros tres niveles de la ofrenda y tienen una forma ovalada con protuberancias que asemejan huesos. Aunque hay gente que se come los alimentos de la ofrenda después del 3 de noviembre, mucha gente compra otro para disfrutarlo con un chocolate caliente o cualquier otra bebida como el café.

No toda la población en México participa de la elaboración ritual de pan de muerto por su contexto geográfico y temporal, pero los nahuas sí establecen una relación entre el pan, los difuntos y la ancestralidad.

Una vez que el aroma de los panes de muerto colocados en la ofrenda se va, los nahuas lo toman para comerlo (Imagen ilustrativa Infobae)
Una vez que el aroma de los panes de muerto colocados en la ofrenda se va, los nahuas lo toman para comerlo (Imagen ilustrativa Infobae)

De acuerdo con David Lorente Fernández, los momentos en que los nahuas consumen el pan de muerto se explican como las situaciones en que los difuntos “agradecen” y “comparten con sus parientes” el banquete ofrecido.

Pero además, la preparación de dichos panes suele comenzar el 27 de octubre, involucrando así a los muertos con los vivos desde antes. La elaboración de este postre incluso va intencionada cuando se habla de la celebración de Todos Santos en la Sierra de Texcoco, región nahua en el Estado de México.

“Al consumir los nahuas tlemiches se cierra, en distintos momentos durante el año, la reciprocidad inaugurada al disponerse el altar” explica David Lorente Fernández en su artículo Panes-Hueso, Panes-Piedra, Pan De Día De Muertos: De La Ofrenda En El Altar a La Comensalidad Cotidiana Con Los Difuntos En La Sierra De Texcoco, publicada en 2020.

El investigador de la UNAM mencionó en su artículo que para los nahuas de la Sierra de Texcoco no sólo importa la forma, si no la consistencia 
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Cuartoscuro
El investigador de la UNAM mencionó en su artículo que para los nahuas de la Sierra de Texcoco no sólo importa la forma, si no la consistencia Foto: Cuartoscuro

En el pan de muerto de esta comunidad, no sólo importa la forma si no la consistencia, pues la dureza de este alimento ofrendado a los difuntos es dura, como si se tratara de un hueso de muerto, de acuerdo con el investigador de Estudios de Cultura Náhuatl de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Además, explica que los nahuas tienen la creencia de que una vez pasado el 1 y 2 de noviembre, el característico aroma del pan desaparece, pues ya no tiene importancia. Es hasta entonces cuando los nahuas toman el pan de la ofrenda y lo comen.

“Comer el alimento de los muertos, comer pan de muerto, es un poco como comer con ellos, pero después”, mencionó en 2015 una mujer llamada Luisa Peralta Juárez, de 59 años, quien habita en San Jerónimo Amanalco. Esta cita fue incluida en la investigación de David Lorente Fernández.

El Día de Muertos ha tenido modificaciones a lo largo del tiempo y su origen está relacionado tanto con el Día de todos santos —de Europa— como con algunas costumbres prehispánicas que no se realizaban específicamente el 1 y 2 de noviembre. Muchos de estos cambios se produjeron después de la Revolución Mexicana.

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