El Estado de México enfrenta un persistente desafío en materia de seguridad, y los índices delictivos continúan siendo motivo de preocupación, según la reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Estos números reflejan la aparente incapacidad de las administraciones gubernamentales en turno para resolver este problema, ya que los índices de inseguridad no parecen disminuir.
De acuerdo con los datos de ENSU, el municipio de Naucalpan de Juárez, en el Estado de México, ocupa el quinto lugar a nivel nacional y el primer lugar a nivel estatal en lo que respecta a la percepción de inseguridad entre sus habitantes. En el tercer trimestre del año, el 87.3% de las personas mayores de 18 años consideraron que vivir en su ciudad es inseguro.
Naucalpan no está sola en esta preocupante estadística. Le siguen otras ciudades mexiquenses que también tienen altos porcentajes de residentes que perciben un entorno inseguro. En Ecatepec, el 84.6% de los habitantes comparte esta preocupación, mientras que la capital Toluca de Lerdo, el porcentaje es del 86.2%. Cuautitlán Izcalli se ubica en el cuarto lugar, con un 78.2%, seguido por Chimalhuacán, con un 72.1%. Tlalnepantla de Baz y Ciudad Nezahualcóyotl también experimentan altos niveles de percepción de inseguridad, con un 71.7% y un 66.8%, respectivamente. Atizapán de Zaragoza, aunque con un porcentaje menor, aún registra un 56.4%.
Reducción leve en tres municipios mexiquenses
Sin embargo, hay un destello de esperanza en estos preocupantes números. De acuerdo con el INEGI, solo tres de estos municipios han logrado reducir la percepción de inseguridad en comparación con el mismo período del año anterior. Ciudad Nezahualcóyotl, Atizapán de Zaragoza y Chimalhuacán son los municipios destacados por esta tendencia positiva.
En el caso de Nezahualcóyotl, el porcentaje de residentes que perciben la inseguridad disminuyó notablemente, pasando del 75.8% en 2022 al 66.8% en el año actual, lo que representa una reducción de 9 puntos porcentuales. Atizapán también logró una mejora significativa al pasar del 65.3% al 56.4%, una disminución de 8.9%. Chimalhuacán, por su parte, experimentó una reducción aún más sustancial, bajando del 81.4% al 72.1%, lo que se traduce en una disminución del 9.3%.
Estos datos sugieren que, a pesar de la persistente percepción de inseguridad en el Estado de México, algunos municipios han logrado implementar estrategias efectivas para reducir este problema. No obstante, queda mucho trabajo por hacer en la región para garantizar que todos los residentes puedan vivir en un entorno más seguro y confiable.