Leyenda del Charro Negro, cuál es la historia y origen del mítico “tesorero del Diablo”

El relato es ampliamente difundido en algunas regiones cercanas al bajío mexicano, así como en otras latitudes donde la charrería es frecuente

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La leyenda del Charro Negro
La leyenda del Charro Negro es contada en los altos de México y otras regiones (Imagen ilustrativa Infobae)

En México, una gran cantidad de relatos han pasado de generación en generación hasta convertirse en leyendas. Personajes como la Llorona o la Planchada acaparan algunos de los pasajes más populares, aunque existe otro protagonista que figura en algunas regiones del país. El Charro Negro, también conocido como el “tesorero del diablo”, cuenta la historia de un hombre avaricioso.

La leyenda del Charro Negro es contada y escuchada con frecuencia en algunas regiones del país donde la charrería es practicada con mayor frecuencia. Si bien existen varias versiones y detalles que cambian de acuerdo con el estado en el que se encuentre el oyente del relato, hay una versión estandarizada.

Según cuentan, el personaje conocido como el Charro Negro, montado en su caballo, vaga en las calles y montes asechando a hombres solitarios para intentar seducirlos a nombre del ente asociado en el cristianismo con el diablo. El objetivo es purgar una condena que adquirió en vida al intentar un pacto con el ente que le encomendó su tarea después de haber muerto.

El personaje se encontraría purgando
El personaje se encontraría purgando una condena (Imagen ilustrativa Infobae)

¿Quién es el Charro Negro?

De acuerdo con los relatos y leyendas, en vida, el Charro Negro nació y creció en el seno de una familia modesta y dedicada a las labores del campo. Con el paso de los años, y conforme transitó hacia la edad adulta, el hombre comenzó a anhelar lujos y vestimentas costosas como sombreros y gabanes para lucirlos ante la sociedad.

Su deseo por adquirir ropa lujosa era tal que, incluso, sacrificaba algunos gastos como comer con tal de ahorrar y destinarlo a otras finalidades pero, a pesar de los esfuerzos encaminados, no lograba la solvencia deseada. En ese sentido, buscó otros medios para obtener la riqueza que anhelaba.

Una de las alternativas que vislumbró, consistió en invocar al diablo para pedir su ayuda en el camino a obtener su cometido. El conjuro habría tenido éxito y la entidad se le presentó para descifrar cuál era la necesidad que requería desahogar. Sin preguntar, el demonio le habría ofrecido un trato difícil de rechazar por el hombre desesperado.

De acuerdo con diversas versiones,
De acuerdo con diversas versiones, se aparece a hombres solitarios para ofrecerles dinero (Imagen ilustrativa Infobae)

El pacto consistió en darle al sujeto una gran fortuna para que pudiera cumplir sus caprichos y deseos. Lo único que pidió a cambio el diablo fue el alma de la persona que se beneficiaría del favor. Si bien el costo a cambio de la fortuna pudo haber parecido contundente, el hombre aceptó sin dudar y cerraron el trato.

Tras el encuentro, el hombre comenzó a tener la riqueza solicitada y comenzó a desahogar todos los deseos que no había podido cumplir por falta de capital. En principio, la dinámica pareció satisfactoria y realizó todo tipo de gastos confiando en que el dinero no se le acabaría, pero dicha dinámica comenzó a generar tedio con el paso de los años.

Al ingresar en la madurez, el hombre comenzó a cuestionar el costo que prometió al demonio a cambio de la fortuna de la cual ya gozaba. El temor por encontrarse con el ente para poner fin a su vida terrenal aumentó a tal grado que intentó cualquier tipo de estrategia para eludirlo. Incluso, en su rancho, construyó capillas y mandó erigir cruces en cada esquina para evitar su ingreso.

El Charro Negro forma parte
El Charro Negro forma parte del abanico de personajes que protagonizan leyendas mexicanas (Imagen ilustrativa Infobae)

Un día, la desesperación del hombre fue tal que, con un puñado de monedas de oro que guardó en su costal, partió junto con su caballo para alejarse de su hogar y evitar la visita del demonio. No obstante, cuando creyó haber superado la prueba, se topó con el ser indeseado.

Al notar su huida, el demonio decidió no esperar a la fecha de su muerte y lo llevó consigo. No obstante, le dio la oportunidad de descansar en paz si hallaba a otro hombre que, seducido por las monedas de oro que lleva en su costal, se dejara atrapar en el trato para ocupar su lugar.

Desde entonces, el Charro Negro vaga en busca de hombres solitarios y desesperados, a quienes se les aparece ataviado de negro y cabalgando su equino con ojos de fuego para ofrecerles fortuna a cambio de su descanso eterno.

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